Si algo queda en claro después de esta paupérrima asunción de concejales, es que los pibes de La Cámpora y de la juventud Kirchnerista creen que se pueden burlar de todo y de todos porque cuentan con la aprobación de la presidente, y en nombre de Cristina, está todo permitido. Insultar, burlar, irrespetar a legisladores votados por el pueblo, un pueblo que no estaba en ese recinto. De haber estado, se hubiera retirado avergonzado por el nivel de mediocridad mostrado por quienes llegarán a ser representantes de la militancia kirchnerista que asiste a los actos por una bolsa de comida, antes que por ideología. Si esto no fuera así, los pibes no se hubiesen encaramado en las históricas barandas para entonar cánticos ofensivos con la venia del presidente del HCD, del propio intendente y de las autoridades presentes, incluso policiales. Si esto no fuera así, el pibe Sandoval, que no debe conocer los nombres de sus compañeros de bancada, ni ellos el suyo, no estaría ocupando una banca para la que se debería estar preparado, con militancia y conocimiento de las leyes. Esto es Lanús hoy, esto es Argentina hoy. Un antro de corrupción, de inseguridad, de descontrol y, con un país en llamas por falta de capacidad que se oculta en retos presidenciales y amenazas de corte de subsidios para los díscolos. Autoridad sería impedir las voces ofensivas hacia Schiavone, Arce, Folino, Bursese, Baratta, porque lo demanda la democracia, esa tontería que juraron respetar, pero insultaron con sonrisas cómplices, demostrando que no están a la altura que exige el pueblo. Lo demás, el acto, las palabras de Darío hablando de consenso, sobran. Ya estaba todo dicho. Sin autoridad, el HCD será un trámite parlamentario donde la mayoría dictará las normas que regirán hasta el 2013. Lo peor de todo es que esto no asombra a nadie, el primer paso para caer de rodillas.
Lo anecdótico
Quedan los detalles de las fotos. El gesto de Karina al cederle su silla a la diputada Natalia Gradaschi quien, a su vez, la recibe de Crovella Pte. del Consejo Escolar, el arribo del Dr. Carlos Torlaschi, titular del PAMI, quien asumiría en lugar de Giorno, próximamente. La euforia de Gagino cantando y asumiendo como la concejal más “veterana” para tomar los juramentos, el sillón ocupado, alternativamente por Folino, Gagino y Bonfiglio. Las caras desconocidas de Sandoval, Augustavicius, la emoción inocultable de Karina por la asunción de su hermana Luciana. El juramento de Bursese, “Por la UCR y por Alfonsín”, cuando no planeaba decir nada, “Me molestaron los insultos”, advirtió. Sara Agüero representando a los familiares de desaparecidos. El saludo de Bonfiglio “pa’la tribuna”. La emoción de Alicia Márquez, nueva secretaria del HCD y el saludo del “Tano” Vanati que sigue apoyando sin rencores. y el juramento de Malvaso que no lo hizo por el movimiento obrero como se esperaba, según comentó un oficialista presente. La presencia de Ismael Alé, sindicado como el hombre de Mariotto en el distrito, junto a Gustavo Magnaghi de Anses. El saludo de Elida Márquez, inaugurando su Agrupación “Elvio Macchia”. El orgullo de José Luis Pallares, reconocido por el intendente por su labor al frente de la institución legislativa. Una fiesta empañada por “gorilas” que pretenden imponer sus ideas por la fuerza, aunque ellos usen el término sin conocer la raíz y se lo apliquen a los que no piensan igual. Finalmente, la presencia de representantes del corralón municipal, algo contrariados con los pibes a los que calificaron de “putos” enrostrándoles su falta de militancia. Esto sigue el sábado con la asunción de Darío en la carpa, acto anunciado para las 19 horas.
