10 abril 2012

El municipio pelea contra el clima y los vecinos


El comunicado emitido por la oficina de prensa municipal, dice que se está volviendo al normal tránsito, gracias a la tarea municipal. En ese sentido, el intendente afirma que, “400 personas entre empleados municipales y cooperativistas en  20 camiones y  12 camionetas, conforman las 22 cuadrillas de trabajo del Municipio;   a esto hay que sumarle   la colaboración de  diferentes organizaciones sociales y políticas. Estas cuadrillas están equipadas con hidroelevadores, palas mecánica, motosierras y herramientas de menor porte y cuentan con el apoyo de  la red de ambulancias municipales, el  de las patrullas urbanas ante cualquier circunstancia y de los Bomberos Voluntarios.  Estamos recuperando el normal funcionamiento de la ciudad. Es cierto que falta mucho y el que todavía varios hogares no tengan luz eléctrica  complica el normal desarrollo de la ciudad. Hemos intimado a Edesur para  que normalice lo antes posible esta situación. El Municipio como tal está llevando a cabo una multiplicidad de trabajos conjuntos frente a este hecho desgraciado que nos tocó vivir a muchos distritos de la región”. Hay, sin embargo, opiniones encontradas, son las de los vecinos que llaman, denuncian, se quejan y maldicen por la inoperatividad municipal. En Rangugni, entre Andrade y Zuloaga, se pidió la actuación de Defensa Civil porque un árbol caído, aplasta un conducto de gas. Desde allí le respondieron que sería su prioridad, dado el peligro que representaba. Obviamente, no fue nadie. Hoy lunes, reclamé y el jefe de Defensa Civil en persona, dijo que se haría cargo. Todavía no hay solución. Un vecino dijo que vio la camioneta y se acercó a pedirles que poden un árbol lindero a su propiedad, porque tapa la luz de la calle, el empleado, muy suelto de cuerpo le respondió, “¿Por qué lloran? Ustedes lo votaron, y todavía falta lo peor”. Se sabe que en estos casos de fenómenos naturales, la solución es compleja, sobre todo si no se tiene personal preparado para emergencias como es el caso de Lanús. El mismo intendente advierte sobre la colaboración de cooperativistas. La cosa se agrava cuando existe poca conciencia ciudadana y mucha menos solidaridad. Cae un paredón y un camión se dedica a levantar los ladrillos para llevárselos. Caen torres de luz, y los muchachos se llevan cientos de metros de cables, provocando una crisis en EDESUR que, aparentemente, no cuenta con insumos suficientes, ni medios para solucionarla. Desde el PO denuncian un corte en 25 de Mayo y San Martín, de vecinos sin luz, otro tanto sucede en otros distritos, pero nosotros vivimos en Lanús, y de Lanus, esperamos la solución. No la llamadita de Darío para que no podemos nuestros árboles que nadie poda, inoportuna y fastidiosa. No un comunicado que pretende tapar el sol con las manos. Lo que necesita Lanús es una cara, la cara de Darío explicando y resolviendo, esa cara que tapó Lanús en épocas eleccionarias, pero en vivo y en directo. Muy poco, comparado con el poder que hoy ostenta y que le permite insultar, evitar preguntas, obviar explicaciones sobre cientos de nombramientos inútiles y demasiado costosos para las arcas deprimidas. El juego se llama democracia, y en su nombre, ascendió en la escala social, y con él, su séquito. Aunque parezca una paradoja, el descenso será mucho más difícil y doloroso, además de solitario.




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