12 febrero 2013

Reflexiones históricas sobre Lincoln y la excelente película de Spielberg



de Javier Garin, (escritor e historiador)

Lincoln es, desde hace muchos años, uno de mis héroes. Leí con fruición las biografías que sobre él escribieron el poeta Carl Sandburg y el escritor Emil Ludwig, ambas extraordinarias. Acabo de disfrutar la muy recomendable película de Spielberg, y aconsejo verla a quienes deseen comprobar cómo, en todas las épocas, hubo políticos cuya única misión es poner trabas a los gobernantes que quieren llevar adelante medidas para favorecer al pueblo.

Muchos espectadores modernos se desorientan al no comprender que la derecha esclavista era en esos momentos el Partido Demócrata, mientras que la izquierda eran los llamados "republicanos negros", cuyo máximo representante (y uno de los fundadores del Partido Republicano) era Lincoln.

Observar los esfuerzos de Lincoln para, en medio de una guerra atroz, lograr la decimotercera enmienda que abolió la esclavitud (mientras los demócratas sólo sabían criticar y obstaculizar) resulta altamente conmovedor. Me trajo a la memoria -salvando las distancias- a los gorilas del presente y de estas tierras, y a las votaciones "no positivas" de algunos personajes.

Recordando a Lincoln, uno se pregunta cómo los republicanos pudieron convertirse en un hato de fascistas, y cómo Yanquilandia pudo olvidar la prédica libertaria de este gran líder popular para transformarse en una potencia opresora. La última escena, con Lincoln haciendo un llamado a vivir en paz con las otras naciones del mundo, resulta una irónica condenación del belicismo permanente de este país imperial.

Quizás para explicar el proceso por el cual los republicanos pasaron de ser el bastión antiesclavista a los representantes más desembozados del imperialismo y la gran industria, haya que tener presente otro proceso. Así como la gran industria norteña era entonces el motor del progreso y la base de la lucha contra la esclavitud, así también se convirtió, con el desarrollo histórico, en la principal impulsora del imperialismo yanqui. Pasó de liberadora a opresora. La transformación del Partido Demócrata, de un partido ultraconservador (era el partido de los chetos de la Independencia) a uno populista aliado a los sindicatos burocratizados, fue, creo yo, obra de Franklin Delano Roosevelt, quien les cambió la cara y el imaginario. Es muy interesante la mutación ideológica de estos dos partidos: cómo los izquierdistas se transforman en conservadores y los conservadores en populistas. Eso sí: quien piense que en materia de defensa de las políticas imperialistas hay alguna diferencia entre republicanos y demócratas, es ciertamente muy ingenuo.

Dejando a un lado esta cuestión de los partidos, la inmensa figura de Lincoln, su humanismo, su idealismo, aparece en el film sin acartonamientos, disfraces ni falsas morales. Lincoln compra votos para abolir la esclavitud. La película muestra la política real, para desmentir a los necios que se creen que las coimas las inventamos los argentinos. Lincoln no duda en prolongar la guerra con ardides engañosos, mentir y sobornar cuando se trata de obtener la abolición de la esclavitud. Sabe cuál es el objetivo principal y no se detiene en paparruchas de moralismo barato que son las típicas trincheras de los especialistas en poner trabas. También a Lincoln los gorilas de su tiempo lo acusaban de tirano, corrupto, no respetar la república ni la democracia ni las instituciones. Las mismas palabras que aplican hoy hacia algunos líderes latinoamericanos como Chávez. A San Martin, en su tiempo, lo acusaban de lo mismo...

Hay quienes, desde una posición ultraísta y cuasi trotskista, desmerecen el logro de la abolición de la esclavitud porque los obreros siguieron siendo esclavos de la gran industria...Creo que hay una gran diferencia entre la esclavitud de los negros, racial y legal, y la llamada "esclavitud asalariada" que es la que sufre la clase trabajadora teóricamente libre y sometida en la práctica. La denuncia que hizo siempre el socialismo, y que llevó Marx a su punto culminante, de la esclavitud asalariada, nunca le hizo perder de vista a Marx que el capitalismo era un modo de producción infinitamente superior y progresista en relación al sistema esclavista de los sureños. La igualdad formal o ante la ley no es lo mismo que la igualdad real que procura el socialismo, pero no por eso vamos a decir que un negro esclavo en una plantación de algodón, sometido no sólo por su amo sino también por las leyes, por motivos raciales, o un judío reducido a esclavitud por las leyes raciales de Hitler, sean lo mismo que un obrero legalmente libre, aunque sometido a la explotación fabril. Hay una gigantesca diferencia. La abolición de la esclavitud fue una de las grandes conquistas de la Humanidad.

Aclaremos además que Lincoln -que luchaba contra la esclavitud- no podía abrir otro frente contra sus aliados de la gran industria en medio de la Guerra de Secesión, para luchar también por los derechos de los obreros explotados, aunque repetidamente manifestó su simpatía por estos en diversos discursos. Lincoln tenía una posición favorable a mejorar las condiciones de los obreros, pero las cosas hay que hacerlas en el tiempo oportuno, y en esa época lo central era derrotar a los esclavistas.

Finalmente, Lincoln logró lo que los sudamericanos no logramos (y eso fue lo que constituyó a Yanquilandia en una potencia mundial mientras Sudamérica quedó sometida y atrasada). Además de la abolición de la esclavitud, el gran logro de Lincoln fue mantener cohesionado el país y derrotar los intentos de fragmentarlo que llevaba adelante Inglaterra, quien auxiliaba a los sureños. Inglaterra fracasó en imponer el "divide y reinarás" a los yanquis, política que en Sudamérica le resultó muy exitosa gracias a la complicidad de nuestras asquerosas oligarquías...

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