03 septiembre 2011

Monumento a la ineficiencia


Se que es molesto estar a cargo y escuchar quejas y reclamos. Para eso, el que está a cargo debe saber que lo que acalla los reclamos es la eficiencia, la responsabilidad de la gestión y el celo que debe tener aquel que se siente orgulloso de su trabajo. Nada de eso ocurre en esta municipalidad invadida por amigos o parientes de.. Nadie se desvela porque algo no sale bien. No echan a nadie aunque haya vidas de por medio, aunque haya corrupción y desmanes. Todo está permitido porque, como admiten los funcionarios que todavía conservan la cabeza clara, “Al no haber conducción, cada uno hace lo que quiere”. No lo digo yo para no hincharle las pelotas al jefe. Lo dicen ellos mismos, cansados de recibir críticas por aquellos que han hecho de la gestión, una caja. La foto muestra el aglomeramiento de la calle Guido Spano, metros antes del semáforo de Hipólito Irigoyen. Ese día, al estar el paso bajo nivel Lebenshon cerrado, era obvio que el tránsito se dirigiría hacia el Paso Juan Manuel de Rosas. Cualquier funcionario con un mínimo de cerebro y algo de interés, hubiera anticipado esto y, por lo menos, impediría el estacionamiento ilegal que, cada día se produce en esa vía. Como se ve, no es el caso. Muchos insultos, enojos y pérdidas de tiempo que podían corregirse con empleados que cumplieran con su deber. Un pequeño detalle de una gran desidia.


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