28 septiembre 2012

Las caras del Evita



La primera cara que se mostró fue la de los médicos protestando por la inseguridad y la indefensión, frente a una horda de criminales que protagonizaron actos vandálicos dentro del nosocomio a raíz de la muerte de un joven internado allí. Que este hombre fuera delincuente o no, no viene al caso. Carlos Maurtua no debería hacer conclusiones apresuradas. No es la primera vez que el Evita sufre este tipo de ataques, no hubo un clima de guerra desatado, salvo por la violencia de parientes que reclaman más allá de lo legalmente permitido. En todo caso, el clima de guerra lo precipitan los profesionales y auxiliares cuando maltratan a los pacientes, cuando los abandonan a su suerte porque, al no haber personal suficiente, se excusan para no optimizar el servicio. Eso, por lo menos es lo que informan muchos trabajadores que deben lidiar a diario con la desidia del personal del Evita, “Hay un solo camillero por turno y si un paciente fallece lo dejan tirado para que se haga cargo el camillero del otro turno”, dicen y agregan, Es un suplicio para conseguir que entreguen el cuerpo de un fallecido. Si molestás mucho, te amenazan con mandarlo a la policía y, de esa manera hay que recurrir a la morgue con el consiguiente dolor de parte de los deudos que deben pasar por este trámite engorroso y desalmado, cuando no existe intervención policial”, argumentan. Finalmente, analizan, si nosotros debemos pasar por este maltrato, está bien que ellos lo sufran en carne propia, aunque sea una vez”.  Este cronista puede dar fe de la desidia y descontrol ya que tuvo la triste experiencia de tener a un familiar internado y pudo constatar las graves fallas edilicias, de control, de sanidad y de vocación profesional, ya que la atención solo dependió de la posibilidad de contar con amigos dentro de la institución para subsanar cualquier inconveniente. Eso no alcanzó para tener que soportar, el día más frio del año, una atención en sala de guardia sin calefacción y, donde los auxiliares y médicos atendían con abrigo puesto. La protesta del personal es entendible, ¿Entenderán ellos que deben poner de su parte para que el panorama sea más humano? Muchas veces hemos levantado la protesta de CICOP, de Amor, de Maurtua, de nuestros amigos de ATE, pero es hora que alguien responda por lo que se hace muy mal y nunca hay responsables.




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