20 febrero 2013

Para el gobierno, que haya 1,4 millones de inscriptos en el plan Fines, “es un éxito”



Todos los que no somos obsecuentes y chupamedias oficialistas, entendemos que la política miente y tergiversa la información. Está en sus genes como el cuento del escorpión (que ya debe conocer), por eso, entendemos que, el hecho de considerar un “éxito” la inscripción de 1,4 millones de personas en el plan Fines que le paga a los pibes de, entre 18 y 25 años, y a los maduros que adeudaban materias del último año, para que estudien es, al menos, un “descuido” de los publicistas de este gobierno peronista de izquierda. Con dos dedos de frente, se puede entender que, si este gobierno lleva en el poder casi diez años, que chicos de 18 años no concurran a estudiar, se debe a una falencia del mismo gobierno que hoy se llena la boca hablando de logros culturales cuando la educación vive su peor momento con paros y cortes de colaboración de parte de los gremios que defienden a los educandos. Esto es claro y, difícilmente, rebatible, salvo que salga algún Kirchnerista a contarnos su versión ideal. Esto es predecible cuando defienden los trenes que compran y destinan a depósitos, la seguridad, considerándola “una sensación”, y la economía que dispara una crisis monumental, encubierta por los “cerebros oficiales” como Lorenzino, un títere oficial que no habla, sino cuando le dan letra y se cuida de mencionar la palabra “inflación” o “riesgo país”, frase de moda en el gobierno de “Chupete”, y hoy con niveles temibles y De Vido asegurando que “el gobierno, “no pierde el tiempo en ir a pedir recursos a los organismos internacionales que llevaron al país al peor desastre de su historia, y que ahora vienen a hablar de las estadísticas que confecciona el Indec”, omitiendo, claro, que ningún país en su sano juicio, nos prestaría un dólar o euro.
Que exista el Plan Fines, es loable, aunque innecesario. Cualquiera puede retomar sus estudios postergados sin incentivo. Lo malo es que deba estar sustentado por el estado, porque esto significa que la realidad es paupérrima y debe trabajar a destajo, para sostener un nivel de vida que antes le permitía volver al estudio sin necesitar la mano “interesada” del gobierno que, con esa propaganda, suma votos y voluntades. No es difícil de entender, solo hay que sacarse la venda y pensar por si mismo. Cuestión para la que no es necesario un secundario, sino un poco de sentido común. Lo curioso es que, este humilde periodista sea el único que se de cuenta, ¿Será que nos acostumbramos a comprar lo que venden sin analizar lo que vale? ¿Será que nos acostumbramos a aceptar la dádiva sin saber lo que sacrificamos por ella? Argentina fue la cuna cultural de América. Hoy, obviamente, ya no lo es. Un Plan Fines no nos devolverá el caudal perdido, téngalo por seguro.

No hay comentarios.: