08 marzo 2014

Los monky otra vez en la mira



“Policías de la seccional 4ª -cuyo titular es Sergio Sanes- capturó a un integrante de la banda de delincuentes Los Monkys, al que acusa de ser el asesino de Emanuel Monzón (19), quien fue ejecutado el lunes pasado a la salida de una bailanta, hecho en el que además resultó herido, Cristian Pérez (20).  
El hecho ocurrió el lunes pasado y los investigadores de la seccional de Escalada, rápidamente concluyeron en que el autor material había sido un sujeto llamado Hernán, de 17 años, y cuya captura se logró en las proximidades de su casa en la villa Los Talleres. 
 El individuo -quien ya había sido demorado en otras ocasiones en la misma comisaría-cuando fue localizado en Quirno Costa y Ugarte, intentó fugar pero fue capturado.
La policía está detrás de los cómplices del monky apresado.
   Según el testimonio de Raúl Pérez -padre de Cristian- el lunes 3, en General Paz a metros de la equina con Cosentino, relató en el lugar del hecho que se hallaban en la vereda de la casa, junto a su hijo y a Monzón, cuando ve llegar un VW blanco, del cual se baja un sujeto arma de fuego en mano, conocido como Hernán, quien se acerca a Monzón y le dice: —¿Por qué me miraste mal en el boliche?-   y sin más le descerraja un tiro en la cabeza, que lo pasa de lado a lado y le da a Pérez, quien estaba al lado de Monzón. Una vez cometido el asesinato, el criminal se subió al auto y se marchó muy tranquilo del lugar.
  Pérez, herido de arma de fuego en la sien, fue intervenido de urgencia en el Hospital Evita. Entre sus ropas tenía una faca. Y Monzón había sido detenido anteriormente, por una investigación sobre venta de drogas”, revela la crónica policial.
La realidad desconocida para algunos habitantes de Lanús, es que esta banda funciona hace muchos años y es el terror del barrio de Escalada. Tristemente célebre por sus fechorías y por la connivencia con algunos policías. En alguna ocasión en que hablé con el comisario de turno (no el actual) expresó que “eran difícil de capturar porque vigilaban desde el techo de su vivienda y se ocultaban al paso de la patrulla”, sin embargo los vecinos advertían que estos se acodaban en el patrullero y charlaban con los agentes. En el camino hubo crímenes como el de un Forcinitti a un trabajador de aduana en la misma calle Ugarte, otro célebre actor del delito, y cientos de hechos no esclarecidos que generaron el sentimiento de impunidad de los delincuentes conocidos por todos desde hace años con este apodo. Hoy funciona su prole ya crecida. Esperemos que esta seccional comience a aclarar la situación y el barrio pueda vivir tranquilo.

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