12 julio 2014

¿La culpa es del buitre o del que le da de comer?



UP - En una de sus conferencias de prensa, Capitanich criticó que la Justicia argentina no hubiera intervenido en el tema. La posibilidad de remediarlo está al alcance del Poder Ejecutivo. La prórroga de jurisdicción a favor de árbitros o tribunales extranjeros sólo es admisible si la Corte Suprema argentina retiene la posibilidad de revisión.

Sería recomendable que el Gobierno Nacional comenzara a revisar en serio las prórrogas de jurisdicción que autorizó la dictadura militar en su primer mes, al reformar el artículo 1 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, que las vedaba. Esa fue la base de los Tratados Bilaterales de Inversión firmados a partir de la década de 1990, que han arrastrado a la Argentina a la jurisdicción de árbitros del Banco Mundial (eso es el Ciadi) y de la Cámara de Comercio de París.

No renovar esos tratados a medida que vencen, prohibir nuevas prórrogas de jurisdicción en todo tipo de contratos (el de YPF con Chevron, el de la provincia de Chubut con Panamerican por Cerro Dragón, los de varias empresas con capitales nacionales entre sí) es una cuestión de puro sentido común. El artículo inicial del CPCC puede ser modificado por el Congreso, ya que no responde a ninguna obligación constitucional.

¿Y por casa cómo andamos?
Durante los últimos años, el sector financiero mostró un incremento permanente en sus ganancias. Pasaron de 4746 millones de pesos en 2008, a 29.179 millones de pesos este año. Ese comportamiento se tradujo en un incremento de la rentabilidad sobre patrimonio neto de la actividad desde el 12 al 30 por ciento anual (1). La performance de la rentabilidad del sector financiero a lo largo del último lustro supera el desempeño de cualquier otro sector de la economía nacional.

2008
2009
2010
2011
2012
2013
         Variación








En miles de millones de$







Ganancias
4.746
8.676
12.284
14.754
19.497
29.179
614%
Rentabilidad
12%
18%
22%
24%
26%
30%
130%

La rentabilidad de los bancos comerciales argentinos, medida según dos indicadores comparables con los sistemas financieros de otros países, se ubica como la más alta del planeta.
 (Sobre el activo). Los datos que se desprenden de ambos son elocuentes: el sistema financiero argentino presenta el ROA más alto del G-20, 84 por ciento superior a Indonesia, que le sigue en el ranking y muy lejos de países industrializados como Italia, Francia, Japón, Reino Unido, Corea del Sur o China, e incluso de Turquía, uno de los emergentes tomado como modelo en muchas publicaciones internacionales.

El sostenido incremento de las utilidades del sistema bancario argentino es un elemento que impacta de manera directa en los costos empresarios en todos los niveles de las cadenas productivas y comerciales, y consecuentemente en el consumidor final. De esa manera, un sector de la economía que incrementa su rentabilidad de manera sistemática por encima del resto de los actores del capital y del trabajo, es parte responsable del incremento general de precios.

Dos indicadores relevantes a la hora de medir la rentabilidad del sistema son el ROE (rentabilidad sobre el patrimonio neto, por sus siglas en inglés) y el ROA (rentabilidad

Y por si todavía quedan dudas...
Tras devaluar, el Gobierno permitió a los bancos ganar $ 9.737 millones. No actualizó a tiempo una norma que imponía restricciones a sus activos en dólares. Capitanich admitió el error que les posibilitó a las entidades obtener en pocos días un tercio de los beneficios de todo 2013.
Sólo en enero pasado, los bancos se beneficiaron con una ganancia extraordinaria, de casi 10.000 millones de pesos. Lo peor es que el Gobierno tenía a mano una herramienta para evitarlo, pero recurrió a ella en febrero, después del salto devaluatorio, aprovechado al máximo por las entidades bancarias.

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