Una oficina muy personal

Los empleados de la oficina de personal no terminaban de asimilar el accidente que sufriera Graciela Meneses a quien se le cayera un ventilador en la cabeza provocándole desplazamiento de mandíbula, no se había preparado psicológicamente para el cambio que significará disfrutar de un equipo de aire acondicionado luego de 20 años de trabajo, en algunos casos, cuando ¡Otra vez saltó la térmica!. Esta vez, metafóricamente hablando. Sucedió que la no muy querida Andrea, secretario del Director, se cansó del maltrato de Bessone quien, como solía hacerlo, según las fuentes, le arrojó los expedientes sobre el escritorio y Andrea que no debía estar en un buen día, (curiosamente, el día anterior se detuvo a hablar con este cronista a quien, generalmente, no saludaba, para contarle algunas internas municipales) salió de la oficina (aquella cuya puerta destrozó Alejandro Asenjo de una patada) y comenzó a reclamarle por su estilo de relación para con ella. Lo acusó de mirar porno en su computadora y de algunas cuestiones personales y sentimentales entre ellos. Esta vez, Viscelino no salió de su despacho, los contribuyentes presentes huyeron espantados, quizás pensando, “Estos están peor que nosotros. A mi, al menos, no intentan seducirme en una oficina”. Cuestiones de esta municipalidad donde el recato se perdió y los ineficaces y corruptos siguen manipulando a la gente en su beneficio con la anuencia de la autoridad. De otra manera no se explican estas situaciones que, desde el blindado se niegan.