09 mayo 2012

¡JaJaJaJaJaJa!


Disculpen, pero me fue imposible titular esta nota  y por eso recurrí a la risa. Remedio infalible contra la idiotez. Resulta que leo que, nuestro intendente, Darío Díaz Pérez, demandó a La Defensa por sentirse ofendido por un artículo donde afirman que se gastó 8.000 pesos en un cena o almuerzo para festejar su cumpleaños, cuando acabo de enterarme que sus discípulos se gastaron casi 27.000 pesos en La Quintana. No se si los pagaron o los mandaron a tesorería, pero es algo que ya no sorprende. Muchas veces escuchamos de boca de los propietarios de estos boliches como Tomato, entre otros, quejarse porque consumen a cuerpo de rey y firman la factura que luego pagaremos nosotros por tesorería. Yo me pregunto, ¿Qué pasaría si nosotros, los ciudadanos de Lanús, comenzamos a demandar al municipio por la rotura de nuestros vehículos a causa de los inmensos e incontables baches que inundan el distrito?, y hablando de inundar, ¿Qué pasaría si lo demandan aquellos propietarios que ven caer el valor de sus propiedades a causa de las constantes inundaciones que deterioran calle y viviendas?. O lo demandamos entre todos por los muertos y heridos y asaltados a causa de la falta de inversión en seguridad, cuando, en realidad, la plata vino y se gastó en otros ítems? Se me ocurre algo, ¿Qué tal si demandamos a Darío por mentiroso? Por vendernos obras que no podrá ejecutar como las cloacas, los puentes, y otras promesas incumplidas. Dicen que el pez por la boca muere, metáfora que indica que hay que tener cuidado con lo que se dice, sobre todo, cuando el que habla, no banca con el cuerpo, lo que dice por bocón. Códigos de barrio, le dicen. Códigos de hombres, digo yo.

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