Esta
secuencia fotográfica muestra al vecino Juan Antonio Domínguez dirigiendo un
camión con material para tapar los pozos de la calle 14 de Julio entre Andrade
y Mármol, calle que había sido reparada con el sistema de “Treinta años de
duración” que proclamaba el intendente Díaz Pérez, y que solo duró un año. Con
la ayuda invalorable del Dr. Daniel Biglieri y otros vecinos, se taparon estos
baches que, de ser cierta la propaganda municipal, no deberían existir. La
moraleja, si es que la hay, es que no hay que quedarse en la queja cuando está
en nuestras manos la solución. Después de todo, somos los vecinos los
perjudicados por la desidia municipal. El castigo para este enemigo disfrazado
de intendente se verá concretado en las urnas, si es que el pueblo de Lanús
tiene dos dedos de frente, como proclama. Tenemos marchas por la inseguridad,
marchas por la instalación del basural en la ex Fialp, quejas por las
inundaciones, por el barrido, por las salas de primeros auxilios desmanteladas
y los comedores que no comulgan con el oficialismo, desatendidos u olvidados,
dejando de lado ese mensaje de “Ningún pibe afuera”. Si algo hay que rescatar
de esta decisión vecinal, es que si dejamos que este hombrecito destruya Lanús
con su incompetencia, nos costará el doble volver a ponerla en buen estado, por
eso es necesario entender que no debemos permitir vecinos sucios que arrojan
ramas, residuos y escombros en la vía pública, carritos que levantan deshechos
para arrojarlos a metros del lugar de la recolección, podas que son, en
realidad, talas de árboles. Si aprendemos a ser solidarios entre nosotros, el
próximo intendente no deberá arrancar de cero como propone Darío. El beneficio
será para nosotros, para los dueños de Lanús, su pueblo, el que sostiene a este
inoperante con sus impuestos. No lo olviden.
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