“BURGUESIA NACIONAL, FERROCARRILES, IMPUNIDAD CRIMINAL”
El propósito ha sido proporcionar al lector un estudio simple de los
orígenes de la burguesía argentina que ayude a entender qué rol cumple como
dirección del país sometido a las fuerzas monopólicas. La burguesía “autóctona”
es por esos motivos un cuerpo social en permanente crisis que responde a
directivas y empujones provenientes del saqueo imperialista al que se somete a
la Nación. De esos operativos entreguistas y draconianos es de donde la clase
dirigente argentina extrae beneficios que aseguran su evolución económica y su
consolidación en el poder.
Su calidad de “asociada menor” de la enajenación de los recursos
naturales del país, la inhabilitan para encabezar cualquier “patriada”. La
articulación de los grupos que desde antes de Mayo la constituyeron y que luego
de la Revolución de Mayo se cristalizaron, preparó el presente con sus
vicisitudes de postración nacional.
La Burguesía Nacional cuando encaró el negocio del transporte de carga y
público, en especial el ferroviario, no se sustrajo de su génesis y por ese
motivo subrayamos algunos aspectos fundacionales para entender las dificultades
que nos abruman en el siglo XXI.
El ataque a la independencia obrera que impulsan las patronales nos
condujo a revisar una ofensiva con distintas graduaciones desde 1857 en
adelante, cuyo objetivo es descabezar cualquier reagrupamiento obrero que
pretenda desembarazarse del padrinazgo patronal para recorrer su propia
historia. Ubicamos varios intentos de escarmientos donde la represión se cobró
muertos de los cuales Kosteky, Santillán y Ferreyra son sólo los más cercanos
que cayeron en la lucha contra la desocupación masiva y la tercerización.
Revisamos la ofensiva contra las Comisiones Internas y la organización
de fábricas iniciada en 1953/54 y que, lejos de haberse abandonado, sigue
presente en la agenda patronal como una asignatura pendiente para los
explotadores del trabajo ajeno.
Abordamos el Juicio a los asesinos de Mariano constatando el crimen de
Estado; los testimonios del juicio, repasados a través de las evidencias,
colocan en el banquillo de los acusados a la casi totalidad de las
instituciones burguesas que desplegaron todos sus medios a la hora de proteger
a sus hombres implicados en ese delito.
Con las maniobras del TOC 21 ha quedado servida la instancia de revisar
la Causa en manos de una Cámara de Casación experta en absolver al gatillo
fácil policial y otras felonías.
Una vez más el Estado desafía a las víctimas a luchar para que se haga
justicia y en este caso particular debe primar la claridad de que esta lucha
por sus implicancias históricas no se abandona, mucho menos en un período de
ascenso y organización del movimiento obrero y popular.
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