21 abril 2015

Historia de una foto robada





foto original
Aquellos que tenemos la suerte de poseer vocación y principios, respetamos a rajatabla la regla del periodismo que habla de confirmar las fuentes y, sobre todo, manejarnos con lealtad con nuestros camaradas. Si alguien actúa sin respetar estas simples leyes no escritas se convierte en un triste mercenario, más aún si miente o se despreocupa de la veracidad de las denuncias que enuncia. Nada de esto parece hacer mella en las ansias mercenarias del editor de un pasquín local que parece haber emprendido una cruzada “vale todo” contra la municipalidad de Lanús.
La crítica, cuando es constructiva o por falta de respuestas de la gestión, es aceptada y se trata de solucionar, pero cuando el mercenario acude a la difamación sin tener sustento y sin el menor atisbo de respeto por los daños que pueda causar con su proceder, se cae en una desinformación malintencionada que solo responde al Sr. Dinero.
El caso que nos ocupa es una nota sobre la queja de las empleadas del centro de Monitoreo por carecer de las mínimas comodidades sanitarias, sin agua y con la dificultad de utilizar los sanitarios que duró 15 días (no 6 meses). Esto se trató de solucionar con una reunión que convocó el propio Secretario de Protección Ciudadana, Mariano Amore. La información que suministra este medio dice que fue convocada por el Subsecretario Javier Cavallaro (foto). Primer error. El segundo error es utilizar la foto en cuestión sin averiguar su procedencia. El caso es que esta foto fue tomada con mi celular, el que me fuera sustraído de mi escritorio y apareció un par de días después tirado en otra oficina sin el chip y sin la tarjeta de memoria, es decir, un hurto que, finalmente, tendría su aclaración si el periodista en cuestión (editor de La Defensa) tuviera la dignidad de aclarar quien se la envió. Esperemos que tenga un poco de decencia y comprenda que, de no hacerlo, estaría encubriendo a un delincuente.

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