Mire la foto. Ahora imagine que este es el acto para homenajear a Perón, ¿Lo puede imaginar? Faltan Darío y Pampuro, el presidente y vice del consejo peronista, la diputada está ocupada atendiendo el teléfono, llamada que interrumpe para balbucear alguna tontería sobre el general y terminó subiendo al mismo nivel a Yolanda Bustos, cuando pidió el mismo reconocimiento que para Perón. Un disparate, no por la memoria de Yolanda que, seguramente, muchos deben respetar por su trayectoria y pergaminos, pero no para compartir el homenaje al hombre que dirigió los destinos argentinos en tres gobiernos con suerte diversa. Karina no estaba a la altura de esta reunión, cuestión que queda plasmada en los rostros de quienes la rodean. Pallares lo dejó en claro cuando arengó a los presentes con un discurso lleno de fervor, pero un poco anticuado para los tiempos que corren donde la ideología y los recuerdos de la infancia, no van de la mano. A pesar de eso, fue mucho más contundente que la dubitación de la diputada que huye ante cada reclamo de la prensa que no es cómplice de su marido. Ismael Alé participa, pero no aporta al desorden general, y Bonfiglio secunda el engendro desde su capacidad y conocimiento que ceden ante la amistad que lo une al intendente. Todo muy triste porque el general merecía otro marco y las mezquindades de esta política minúscula, se lo privaron.
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