29 junio 2013

Darío con el “Canca” Gullo recordaron la masacre de Ezeiza



En el marco del Ciclo de películas y documentales que se llevan a cabo en el Multi Espacio Cultural Casa Sur Urbana, Av. Hipólito Yrigoyen 6735 en Remedios de Escalada, se proyectó el film “Ezeiza, la masacre” que contó con la participación especial del Intendente de Lanús Darío Díaz Pérez y del diputado por la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Dante Gullo.
El 20 de junio de 1973, un día que debía ser una fiesta con la llegada definitiva de Juan Domingo Perón a la Argentina, luego de 18 años de exilio, se convirtió en una matanza indiscriminada de la gente que contada en más de 2 millones, había ido a recibir y escuchar al líder y ex presidente justicialista. La masacre de Ezeiza, cerró un ciclo de la historia argentina y prefiguró los años por venir.
Este documental, recrea los hechos ocurridos minutos previos a la masacre ocurrida y explora los sucesos trágicos de una jornada que debía ser festiva pero que acabó siendo de las más terribles de la historia argentina.
Antes de la proyección del film, el entonces asesor presidencial para Asuntos de la Juventud, y actual diputado por la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Dante Gullo dio un relato pormenorizado de los acontecimientos ocurridos aquél 20 de junio y expresó: “Nuestra consigna era mostrar al líder nuestra capacidad de convocatoria, que a la vez fuera el reconocimiento de la lucha que tanto había ayudado para su definitivo retorno y recuperar la democracia. Nuestro único delito fue querer avanzar demasiado cerca del palco. Llevábamos cañas tacuara gigantes al costado de nuestras columnas que uníamos en la punta para avanzar empujando en forma de cuña. Pero no había armas. Jamás imaginamos que desde el palco ubicado en el puente 12 se pudiera abrir fuego contra nuestras columnas como finalmente se hizo. No salíamos de nuestro asombro. Todo era confusión y desolación. De golpe habíamos trastocado la alegría y la esperanza de ver al Líder, en frustración y temor. No fuimos preparados para un enfrentamiento así. Ninguno de nuestra fuerza lo quería. Fue un ataque inesperado, desproporcionado, a mansalva, sin aviso de ninguna naturaleza. No entendimos que pasó pero algo no andaba bien con la conducción del movimiento. Era el presagio de lo que iba a ocurrir. Era el germen de la Triple A, el comienzo del Terrorismo de Estado en democracia.
Finalmente expresó: “Todavía siento un cosquilleo cada vez que recuerdo todo ese tiempo vivido con tanta intensidad” para rematar con: “Lo mejor que me pudo pasar es haber nacido en la Argentina y ser peronista”. 


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