En
el marco del Ciclo de películas y documentales que se llevan a cabo en el Multi
Espacio Cultural Casa Sur Urbana, Av. Hipólito Yrigoyen 6735 en Remedios de
Escalada, se proyectó el film “Ezeiza, la masacre” que contó con la
participación especial del Intendente de Lanús Darío Díaz Pérez y del diputado
por la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Dante Gullo.
El
20 de junio de 1973, un día que debía ser una fiesta con la llegada definitiva
de Juan Domingo Perón a la Argentina, luego de 18 años de exilio, se convirtió
en una matanza indiscriminada de la gente que contada en más de 2 millones,
había ido a recibir y escuchar al líder y ex presidente justicialista. La
masacre de Ezeiza, cerró un ciclo de la historia argentina y prefiguró los años
por venir.
Este
documental, recrea los hechos ocurridos minutos previos a la masacre ocurrida y
explora los sucesos trágicos de una jornada que debía ser festiva pero que
acabó siendo de las más terribles de la historia argentina.
Antes
de la proyección del film, el entonces asesor presidencial para Asuntos de la
Juventud, y actual diputado por la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Dante
Gullo dio un relato pormenorizado de los acontecimientos ocurridos aquél 20 de
junio y expresó: “Nuestra consigna era mostrar al líder nuestra capacidad de
convocatoria, que a la vez fuera el reconocimiento de la lucha que tanto había
ayudado para su definitivo retorno y recuperar la democracia. Nuestro único
delito fue querer avanzar demasiado cerca del palco. Llevábamos cañas tacuara
gigantes al costado de nuestras columnas que uníamos en la punta para avanzar
empujando en forma de cuña. Pero no había armas. Jamás imaginamos que desde el
palco ubicado en el puente 12 se pudiera abrir fuego contra nuestras columnas
como finalmente se hizo. No salíamos de nuestro asombro. Todo era confusión y
desolación. De golpe habíamos trastocado la alegría y la esperanza de ver al
Líder, en frustración y temor. No fuimos preparados para un enfrentamiento así.
Ninguno de nuestra fuerza lo quería. Fue un ataque inesperado,
desproporcionado, a mansalva, sin aviso de ninguna naturaleza. No entendimos
que pasó pero algo no andaba bien con la conducción del movimiento. Era el
presagio de lo que iba a ocurrir. Era el germen de la Triple A, el comienzo del
Terrorismo de Estado en democracia.
Finalmente
expresó: “Todavía siento un cosquilleo cada vez que recuerdo todo ese tiempo
vivido con tanta intensidad” para rematar con: “Lo mejor que me pudo pasar es
haber nacido en la Argentina y ser peronista”.
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