Es un
sábado lluvioso, el Martini seco ayuda a meditar y, sentado frente a la
computadora, revisando noticias, me encuentro con situaciones que dan para
reflexionar. No muy seriamente, claro (no olvidemos el Martini).
El primer
caso que me ocupa es la decisión de Scioli de declarar la emergencia en
seguridad y por doce meses. El hombre solo necesitó cientos de muertos para
descubrir la necesidad de dotar a los municipios de armas para combatir la
seguridad. Para ello invertirá la friolera de 600 millones en equipamiento
policial. Mucho menos que lo que se invierte, desde Nación, en Fútbol para
todos, casi la mitad y ni hablar del costo del estadio único de La Plata solo
100 millones, "La
emergencia facilita la convocatoria inmediata del personal retirado de la
policía y del servicio penitenciario", dijo aunque sin convencer a nadie
porque la convocatoria no necesita de emergencias, solo de crisis y muertos y
producción de drogas peligrosas y cárteles instalándose en el país, reflexiono,
no si usted comparte.
La
segunda noticia es el asalto del jefe del grupo Halcón en nuestra Lanús, la
nota respectiva nacida de Télam dice que, “El sereno del estacionamiento
aseguró hoy a la prensa que el ataque ocurrió a las 12 de la noche cuando
estaba todo oscuro.
Me dijo que estaba bien. Estaba nervioso, asustado, agregó el empleado del garaje”. Este grupo, para los despistados es el que manda Matzkin para colaborar con nuestra policía diezmada en personal y móviles. Vuelve la historia pasada cuando anunció la llegada de 300 efectivos y, que yo sepa, nadie los vio. Lo mismo pasó con Gendarmería, 300 efectivos que paseaban por las avenidas sin intervenir en situaciones de violencia. Un “alpedismo” total que continúa. El jefe Halcón perdió su celular y una pistola no oficial para que, en caso de asalto, no sepan que es policía. Calcule el coraje que debe tener el hombre y, por supuesto la eficiencia. En el otro extremo, un agente de Protección (que si va uniformado y con su pistola reglamentaria) ayudó a parir a una joven dando muestras de eficiencia y valor para enfrentar la violencia y, también la vida, ¿Será por eso que los critican tanto?
Me dijo que estaba bien. Estaba nervioso, asustado, agregó el empleado del garaje”. Este grupo, para los despistados es el que manda Matzkin para colaborar con nuestra policía diezmada en personal y móviles. Vuelve la historia pasada cuando anunció la llegada de 300 efectivos y, que yo sepa, nadie los vio. Lo mismo pasó con Gendarmería, 300 efectivos que paseaban por las avenidas sin intervenir en situaciones de violencia. Un “alpedismo” total que continúa. El jefe Halcón perdió su celular y una pistola no oficial para que, en caso de asalto, no sepan que es policía. Calcule el coraje que debe tener el hombre y, por supuesto la eficiencia. En el otro extremo, un agente de Protección (que si va uniformado y con su pistola reglamentaria) ayudó a parir a una joven dando muestras de eficiencia y valor para enfrentar la violencia y, también la vida, ¿Será por eso que los critican tanto?
Para lo
último, lo dejo al amigo Pedelhez que difunde que la discusión con Darío tiene
que ver con dos o tres cuotas de un mísero 27 por ciento que ya se tragó la
inflación. Recuerdo siempre una situación de paro de personal donde (después se
supo) la patronal necesitaba echar a 300 personas. El sindicato alertó, “Echá a
500”. Posteriormente, el propio sindicato salió a proclamar que le habían
salvado el empleo a 200 personas porque solo habían echado a 300. No se si es
el caso, recuerden el Martini y la lluvia. El “negro” dice que Darío quiere
tres cuotas y yo pienso que esto no es así. Es solo una excusa para dilatar la
discusión y pasar el aguinaldo sin las dos cuotas que son las que Darío pidió
originalmente. Es una reflexión que no pretende causar un cortocircuito en la
bella relación que tienen Darío y nuestro líder sindical (sin sindicato).
Quizás nuestra “negrita” Chazarreta, desde Fesimubo (Y con sindicato), tenga
una respuesta más adecuada para tal circunstancia. En principio regaló
guardapolvos a los “compañeros” municipales, ¿Será hora de un cambio, lo digo
desde esta tarde lluviosa que me hace meditar
como lo deberían estar haciendo ustedes, hic.
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