29 noviembre 2011

Concejales eran los de antes


“Los muchachos de antes no usaban gomina”, dice el tango que pretende instalar una realidad que, generalmente, es subjetiva. Para mi, los muchachos de antes, es decir, los muchachos de mi época o anteriores, usaban gomina, se marcaban la raya del pelo, y usaban traje, hasta para ir a la cancha. La droga era una sospecha, las mujeres eran respetadas, no por débiles, sino por exquisitas y delicadas y los concejales, justificaban su sueldo con proyectos, trabajo y compromiso con sus votantes. Hoy, Beatriz Sarlo, una pensadora libre y cuestionada por el oficialismo y, hasta por lo que no piensan, pero obedecen, se pregunta si tiene sentido sostener el sistema legislativo donde la mayoría levanta la mano y exige prebendas por levantarla, aunque no aporten una idea al desarrollo. No porque no quieran o no puedan, sino porque no es necesario. Para pensar está el Ejecutivo. Mi amigo, Jorge Montero, concejal, presidente del bloque oficialista y rector de la Media Nº 17, hizo sus palotes en el Socialismo, disputó con Genovesi y terminó acercándose a Darío, más por amistad que por ideología. Esto no me lo dijo él, pero lo sospecho. En su carácter de presidente, función que ejercía Omar García con inmejorable talento, debe defender cosas en las que, me parece, no cree mucho. Primero porque el sistema legal municipal es desastroso y envía expedientes que, de ser controlados, no pasarían del despacho de Viscelino, pero Viscelino no está para estas zonceras, y segundo porque, desde el ejecutivo, le piden a todos que aprueben y no cuestionen, y el mensaje lo debe dar él. En esa línea, admitió ante un medio periodístico, que no es de Lanús y, por lo tanto, no le interesa saber si es verdad o no lo que le dicen, que el aumento de tasas tuvo una sesión, “En la que no hubo debate” y asegura que “La oposición no planteó  grandes diferencias”. Obviamente, si no hubo debate, no se pudo plantear nada, pero no fue así, se planteó que la oposición no fue notificada de la reunión de comisión a la que asistieron Bonfiglio como experto y Galeano como Directora de Obras particulares, la mujer que es cuestionada por todos los empresarios, pero Bonfiglio, desde su cartera de Obras Públicas defiende y destaca como “Muy capacitada”. La cuestión se agrava cuando Montero afirma que el aumento del 20 por ciento, representa, “Cuarenta pesos en la zona D y ochenta y seis en la A”, cuando se paga por este servicio general, cien pesos, a menos que me estén estafando desde el municipio. Va más allá cuando asegura que, con los trece pesos  para Protección Ciudadana, se pondrán “cámaras de monitoreo, patrullas y personal”.  La plata para las cámaras vino y se gastó en otra cosa, nunca declarada, ingresó más dinero y, tampoco se inundaron las calles con cámaras. Nada hace prever que esto se conseguirá con un aumento que, se sabe, al aumentar siempre se consigue el efecto contrario al que se busca, recaudar menos. Hablar por hablar, aunque sea para un medio que cobra por difundir cualquier cosa, no es saludable en un estado democrático, donde la verdad, debería ser el eje y el fin. Quizás, como suelen explicar los entrevistados, “Lo sacaron de contexto” y no dijo lo que dijo. Quizás, debería llamar a los responsables de la publicación y demandarlos por exponer su desconocimiento ante la opinión pública. Quizás yo no debería difamar a un amigo, pero soy periodista y, aunque no use gomina, soy un muchacho de los de antes. Con códigos de honor, con palabra, y sigo creyendo que las ideas no se matan, por eso, busco a Montero y le pregunto por que dijo lo que dijo, y Montero me explica que, con los ochenta y seis pesos se refiere a una cifra mensual y no bimensual como antes, que no dijo que hay 340 empleados en Protección Ciudadana, sino 140, y con el sesenta por ciento en las tasas de capital, se refería a una cifra promedio. Como se ve, todo muy lejos de la versión publicada. Más aún cuando es el propio Bonfiglio quien asegura que la comisión para el tratamiento del Código Urbano, se creo para que participe  el Secretario, la Directora y un representante del oficialismo y otro de la oposición, pero este último, “Nunca fue elegido, y nunca asistió a las reuniones”. Que la fecha para la aprobación del Código era el 30 de Octubre, pero Darío la prorrogó hasta el 30 de Noviembre. Así las cosas, decir la verdad se hace muy difícil cuando la verdad cambia con el orador de turno.


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