01 octubre 2010

Importarían militantes para los actos oficiales

El Municipio de Lanús cumplió 66 años. Para la ocasión, se realizó un actito en el salón Hugo del Carril con discurso anodino del intendente Díaz Pérez y la orquesta de tango Misteriosa Buenos Aires donde tocaba el bandoneón el hijo del Secretario de Planeamiento, Ing. Héctor Bonfiglio. Asistió al acto la madre de Bonfiglio  y eso, es lo más destacado que pueda anunciar este cronista salvo, claro, la falta de público, de funcionarios, de concejales, de consejeros y, por supuesto, de militantes. Fueron tan penosos los festejos que ni la gente de Raíz Social, asistió para aplaudir a la Diputada Provincial que estaba presente. Junto a ella, pasillo por medio, se encontraba el presidente del HCD, José Luis Pallares, el del Consejo Escolar, Roberto Crovella, el Director de Enlace del Senado, Ismael Alé, el Secretario de Camioneros, Sergio Jeréz, las inspectoras Casadamón y Cancela, el Dr. García y la Dra. Godoy, de salud, el Dr. Mario Pérez, Director del Melo, el Dr. Nucher de Medicina preventiva, con el Director Raúl Cosenza y Alfredo Asseff. Jorge Ferrete y su hijo Mauro de Comercio Exterior, el Secretario de Gobierno, Dr. Viscelino, el delegado Laboral Dr. Alfredo Delogu, la Directora del cementerio, Griselda Regueira (en la foto con Fernando Velázquez, “Rafa” y Rosa Parada), los concejales Montero y Vélez, Giorno, Sierra, Camiña, Malvaso, Piccolo, entre otros. La situación que genera el escaso público, aún en escenarios como el Consejo del PJ con presencias destacadas como los ministros Randazzo, Boudou, Mariotto, solo se entiende cuando se asiste a escenas donde la presencia del intendente, su ingreso o egreso, pasan, prácticamente, inadvertidas por los que deberían ser fieles custodios de su gestión. Darío perdió el apoyo de muchos que lo ayudaron a llegar y quedaron de lado, ese mal pago, lo hizo extensivo a  muchos colaboradores que no son atendidos ni escuchados porque eligió mudarse a la pecera blindada y no sabe, no escucha y no ve lo que sucede a su alrededor, sino por los ojos de su entorno. Nos ha privado a todos de su presencia que nos era grata, hasta convertir esta gestión en un grotesco donde los impresentables dirigen los destinos y el intendente no puede salir solo a ningún lado por temor a ser interpelado por cualquier vecino intolerante. Triste modo de entender la política y, sobre todo, de ejercerla. Los miles de votos que lo entronaron, merecían un poco más de respeto de parte de un hombre que tenía todo para construir una ciudad mejor y eligió jugar a la política en lugar de gestionar para la gente. Algunos fieles aseguran que, en una segunda gestión, se podrá concluir con algunos temas primordiales que, el estado de abandono y algunas oposiciones internas impidieron. Solo hay una manera de saberlo.



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