01 octubre 2010

La Comezón del Séptimo Año

El nuevo Cambio cumple siete años. Los cumple el 17 de Octubre, día importante para los peronistas que festejan la lealtad demostrada a su gran líder y conductor, Juan Domingo Perón.  Hace dos años atrás, algunos amigos me ayudaron a organizar un festejo al que asistió el intendente Díaz Pérez, quien solía calificarme como “amigo”. Hoy, sería un hipócrita si volviera a realizar el festejo y repitiera la invitación. La realidad de Lanús, no amerita ningún festejo como no sea el de los mercenarios que se apoderaron de nuestra ciudad y la destruyen sistemáticamente con la complicidad de muchos y el silencio de otros. Los hombres que juraron defenderla y trabajar para su engrandecimiento, nos mintieron descaradamente. El crecimiento desmedido de sus patrimonios, lo demuestra. La falta de humildad para reconocer su incapacidad, asombra. El descrédito en el que caen cotidianamente por propia ineficiencia los precipita a un abismo de ostracismo y vergüenza, pero aún así, continúan con el mismo discurso de campaña. No los amedrenta haber tenido que recurrir a la chequera para evitar una derrota electoral a solo 18 meses de haber asumido y cuando, todavía duraba el romance con el pueblo. No los afecta el repudio de los vecinos porque se esconden en peceras blindadas y no se atreven a caminar el distrito porque tienen la conciencia sucia. Salen a hablar cuando la realidad promete llevárselos por delante y, en esas ocasiones, demuestran lo mal que se manejan y la torpeza para dar una respuesta coherente. Cumplimos siete años de compromiso con la verdad. No cambiamos. No nos tuercen las amenazas y desplantes. No nos afecta, ni la ofensa de los corruptos, ni el que pretendan dejarnos afuera de la información. Eso solo muestra su ineptitud y su bajeza. No necesitamos de la caja municipal para seguir creciendo, sobre todo cuando viene teñida de “aprietes”. Y no me hace feliz escribir esto. Preferiría hablar sobre los logros del hombre que consideré apto y criterioso. Hoy, en este mes que debería ser de festejo, estoy triste y con muchas ganas de largar todo. Los amigos dicen que las decepciones pasan y el sol se lleva las nubes de tormenta, pero la tristeza persiste, y el dolor, y la duda. Nosotros, los hombres íntegros, cuando pronunciamos la palabra amigo, damos el corazón.

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