En una ajustada votación, en la que, los tres votos
positivos del grupo de concejales Denarvaísta definió la pulseada por 14 a 10,
el oficialismo logró la aprobación al pedido de un empréstito por 25 millones
de pesos para fines inconsultos que van de “arreglos” de las veredas de la
avenida 9 de Julio (4 millones), Construcción de otro edificio para atención a
la comunidad bajo el sistema de “ventanilla única” (4 millones), remodelación
de la Sala Máspero, edificio privado que maneja la municipalidad en comodato
(2,5 millones), puesta en valor de plazas y espacios públicos y señalización
(10 millones), obras en sede municipal (1,5 millones) y otros 3 millones para
seguir invirtiendo en el edificio de Melo al 1600 que no se sabe para que
existe si se niega, sistemáticamente, la atención a los necesitados que “No son
del palo”, incluidos (o excluidos) los pibes que este gobierno municipal “Deja
afuera”, a pesar del slogan. La sesión fue calentita por la defensa del concejal
oficialista Carlos Barbagallo, quien asumió la defensa del intendente por el
pedido de interpelación del bloque Renovador, advirtiendo que las palabras de
Darío, “Si bien no fueron afortunadas, fueron en un tono
completamente coloquial, como una conversación más. Tal vez lo que no evaluó el
Intendente es que podían ser tomadas de la forma en que se tomaron y que iban a
tener esta repercusión pública”, y calificó que las críticas que lo muestran
como “destituyente”, están “fuera de lugar”. Carlos Folino, esta vez de acuerdo
con Bursese, a pesar de pertenecer a espacios diferentes, analizó el futuro de
esta decisión, sobre todo cuando esta vuelva aprobada y deba ser votada por los
mayores contribuyente, “¿Creen que si deben elegir entre invertir en seguridad,
o arreglar las veredas de la 9 de Julio, van a acompañar este gasto como está
presentado?. El tema había sido discutido por la oposición y todos estuvieron
de acuerdo en apoyar esta presentación, sin embargo, y a pesar de la claridad
con que fue expresado y defendido, a la hora del voto el oficialismo siguió su
rumbo ordenado “desde arriba” y fue acompañado por Sosa, Di Masi y Bossio. Este
último aseguró que la inversión sería controlada desde las comisiones,
provocando la declaración de Salvador Baratta quien advirtió: “Miren que cuando los vecinos se
cansen van a venir por todos nosotros, sin importarle si somos oficialistas u
opositores!”. Schiavone (PRO) le respondió a Barbagallo cuando este intentó
comparar las realidades de Lanús con las del gobierno de la ciudad de Buenos
Aires, “Aquí no estamos para hablar del gobierno de la ciudad. Yo puedo traer
información y gestiones del gobierno como los paradores para los sin techo que
acá no existen, pero nunca lo hice”, analizó. Finalmente, la sesión concluyó,
pero la discusión siguió en el primer piso donde Sosa y Baratta casi llegan a
la agresión física por la acusación del edil sciolista hacia los de la celeste
y blanca. Quedó flotando una frase, “Discurso duro, pero voto blando”, emitido
por un concejal respecto de estos “casi” oficialistas. Y es que, a la hora de
votar, pesan los contratos cedidos por el Ejecutivo a la bancada opositora que
los recibió. La Democracia, mientras tanto, agoniza.
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