15 octubre 2012

Sorpresas te da la vida



Fue ayer cuando el edil de la UCR, Dr. Carlos Folino, me decía que rehusaba integrar la comisión de seguridad o asistir a las marchas de reclamo porque creía que no correspondía o que no creía en lo que se podía obtener reclamando desde una comisión que carecía de autoridad legislativa para opinar sobre el tema. Curiosamente, con la salida de Salvador Baratta, el cuerpo legislativo lanusense decidió que Folino, en su carácter de abogado y con un supuesto conocimiento extra de las cuestiones de seguridad, debía ser el hombre aconsejado para reemplazarlo, y Folino aceptó. Días pasados decíamos que no existe una persona que tenga el conocimiento necesario para opinar sobre seguridad. De ser así, la seguridad sería controlada y bajarían, drásticamente, los índices de mortalidad a manos de la delincuencia. Hay si, personas con un poco más de aptitud y de conocimiento, pero nadie puede apostar por la solución del problema si no existe, previamente, una decisión política de atacar el tema desde la raíz. Y la raíz tiene que ver con la educación, el control de la natalidad, y el empleo digno. Cuestiones que requieren decisión e inversión y un amplio reconocimiento de los errores cometidos, pero la caja gubernamental da para seguir cooptando voluntades. La mano de obra barata de la delincuencia sostiene la caja policial y todo el conjunto persiste porque persiste la desidia política y la necesidad de contar con la caja generosa que banque candidaturas y proyectos personales. Es duro de decir, pero es más duro de aceptar. Folino no puede aportar nada nuevo, lo sabe él y lo sabemos nosotros, pero esto es política, y se vienen las internas radicales. Folino maneja la presidencia del Círculo Jerárquico municipal, la titularidad del juzgado de faltas (en ambos tiene licencia), tiene un despacho de abogados que maneja la cobranza de morosos de la AFIP o el ARBA, es concejal radical y fue, hasta hace poco, el presidente del comité de Lanús. Una ocupación más, no hará mella en su ajetreada tarea diaria. Eso si, no le pidan que cabecee.


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