Los
familiares de una pequeña de tan sólo tres años hicieron pública una denuncia
por un abuso sexual que ya habría sido constatada por los peritos
forenses. El aberrante delito se habría cometido dentro de un Jardín maternal
de Remedios de Escalada. La madre de la nena
abusada dijo haber advertido lo sucedido el pasado viernes cuando su
pequeña le pidió que no la tocara al cambiarle los pañales. “Ella me dice ‘no
me toques la cola, no seas igual que Luz que es mala y fea, que me mete los
dedos y me da besos y me acaricia y me dice que juguemos’”. "Cuando hago
la recreación ella describe que la mujer la masturba. En el jardín no hay
ninguna persona llamada Luz, es decir que se hace llamar por ese nombre”,
relató. De acuerdo con su denuncia, todo ocurrió en el interior del Jardín de
Infantes Patito Feo, Palma 3453, Remedios de Escalada, donde una mujer que se
haría llamar “Luz” abusó de la pequeña R. Siempre de acuerdo con su relato, la
mujer que abusaría de su hija es alta, de cabello largo, castaño y “narigona”.
“Con sus casi tres años me ha descripto muy claramente cómo es la persona, incluso
dónde la llevó y estuvo sola con ella, en el baño y en una salita chiquita”,
indicó Verónica, que sospecha de una preceptora, “Estamos organizando una
marcha pacífica para el viernes a las 16.30 en la puerta del jardín para
manifestarnos contra este hecho y lo voy a hacer de manera tranquila sin tirar
piedras ni prender fuego ni neumáticos, espero que las madres me acompañen y
podamos descubrir quién es el culpable de este hecho para que no haya más
chiquitas como R, que pasen por lo mismo”, concluyó la mujer en declaraciones a
la prensa.
¿Y el profesor de música?
Las
denuncias por abuso de menores son necesarias, imprescindibles para la
protección de nuestros niños. Lo es también, la difusión de resolución de cada
caso. Aclarar la situación es la aspiración de la comunidad. En este sentido,
hace un tiempo se culpó a un profesor de música de abusar de un menor de edad
y, pasado el tiempo, la cuestión quedó sumergida en una especie de olvido
cómplice. Nadie, de los que acusaron o se convirtieron en verdugos del joven,
salieron a pedir respuestas luego de un tiempo de denunciado. Sin embargo, la
justicia sobreseyó al profesor, pero la prensa que lo inculpó, nada aclaró
sobre el tema y su nombre quedó manchado para siempre en esas páginas oscuras
de un periodismo sensacionalista que vende, pero no aclara. Lo aclaramos nosotros
porque, también es imprescindible que la verdad surja, y la culpa se explique.
La vida de un hombre digno fue puesta a prueba y condenada por la opinión
pública que, como una turba ciega y tonta, inculpa y diagnostica sin pruebas y
sin conocimiento. Este es el tiempo de disculparse por acusar sin pruebas y
condenar sin juicio. Es tiempo de entender que, antes de extender el índice
culpatorio, es necesario conocer la verdad o preocuparse por conocerla. Hoy, el
joven profesor tiene una oportunidad, aunque todavía no le permitan acceder al
contacto con los niños que amó y educó. Así es la justicia que no perdona ni
aún cuando se equivoca, lo cual es más común que cuando acierta.
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