08 noviembre 2012

¿Por qué se sostienen las marchas?



Algunos aprendices de escribas me critican por no asistir a la declinación de las marchas populares y, en esta nota intentaré explicarles lo que Natura no les da: Criterio propio. El nuevo cambio, muchos lo saben, nació de asambleas populares a las que asistían seiscientas personas de todo el distrito y, por propia decisión. No había sándwiches ni gaseosas esperando, solo la necesidad de justicia y respuestas sólidas. Con el paso inexorable del tiempo, la actividad declinó y solo quedamos decenas reclamando, acompañando a algunas víctimas a realizar las denuncias y, con un poco más de tiempo, a sentarnos a discutir sobre desagües y baches. Ese es el destino de la protesta. No lo inventamos nosotros, es una consecuencia natural. Como es una consecuencia natural que las marchas declinen, porque el vecino no debe marchar, debe ser escuchado por la autoridad que es la que debe solucionar sus problemas. Eso fue lo que consiguió esta marcha: Ser escuchada. A partir de sus reclamos sinceros y reales, el Ministerio se hizo cargo y el intendente pudo respirar tranquilo por un tema que, si bien no es suyo, le pertenece por la investidura que ostenta. Tratar de eternizar la protesta solo encubre una burda intención electoralista que arrastra a algunos vecinos con buenas intenciones, pero poca información. Es cierto que formo parte de esta Secretaría de Protección Ciudadana, y porque formo parte, puedo decir que se están haciendo esfuerzos para modificar este estado de cosas. Se reflota el concepto de Foro de Seguridad en manos vecinales, se conectan nuevas cámaras con el asesoramiento de vecinos integrantes de instituciones, porque el reclamo solo se escucha cuando tiene un marco legal, no la turba que grita y olvida lo que pide y lo que necesita. Se está armando una mesa de coordinación entre secretarías para atacar el tema inseguridad desde todos los sectores, porque la poda, la iluminación y las inundaciones también afectan la seguridad. La organización social es la respuesta y en esa vía, instamos al vecino a que se inscriba a través de las instituciones, para formar parte de los foros y actuar desde la legalidad y con el derecho a ser escuchado, incluso por la autoridad policial y judicial. Es así, porque es su derecho, y formar parte de la legalidad es su deber. La marcha se sostiene porque a muchos le conviene que Lanús esté en la tapa de los matutinos, porque creen que les suma para seguir rosqueando políticamente a falta de recursos válidos. No defiendo a Darío. No me pagan para eso. No lo aceptaría. Trabajo para que el esfuerzo de unos pocos de su fruto y Lanús sea un lugar más seguro. Solo se logrará si intervenimos todos. Los que me conocen saben que no miento. Saben que mi único compromiso es con Lanús y su gente. Espero que lo entiendan, aún aquellos que pidieron mi ayuda y hoy me critican porque no saben otro método de comunicación que la descalificación. A ellos los perdono, son pobres criaturas oscuras que no trascenderán su mediocridad. Al vecino que alguna vez me leyó y me creyó, le pido que crea una vez más, que se hace mucho y es poco lo que se informa. Soy el mismo. Soy Alberto Calleja. Ustedes me conocen. Lanús nos necesita y es nuestra ciudad, la que elegimos. La que nos vio nacer y crecer. La que, Dios mediante, nos verá convertirnos en su historia viva.


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