Es
curioso como todo cambia según el humor con el que se toman las decisiones. He
escuchado muchas veces, de boca de los ediles opositores, que lo que importa es
la Rendición de Cuentas, no el presupuesto. Sobre todo cuando deciden acompañar
el presupuesto para no trabar el engranaje municipal de obras y servicios.
Ahora, con cierta molestia acumulada por los supuestos faltazos del oficialismo
a las reuniones de la comisión ampliada de seguridad, comisión que, todos sabemos,
no sirve para nada porque nadie sabe, absolutamente nada sobre seguridad, y el
único que podría saberlo, Baratta, se bajó de la comisión porque no le daban
lugar a sus proyectos. En esa línea, es necesario aclarar que, lo que expresan
cada uno de los opositores al oficialismo, si bien expone una posición
entendible tratándose de política, el sentido común nos indica que lo hacen
porque son consultados asiduamente y, algo tienen que decir. En el fondo, ni
López, ni La Rosa, se opondrán al presupuesto y no lo harán ni Bursese, ni
Folino. Mucho menos Bosio, Di Masi, Regueira y Barbagallo o Baratta,cercanos a un espacio como el massismo que, hasta nueva orden, sigue siendo oficialismo puro. Queda por ver que
harán los macristas, Schiavone y Arce, inclinados como están a dificultar todo
y proponer poco. No es que lo votarán por complicidad, sino para no
entorpecer la gestión y detener las pocas obras que se definen con el dinero
que entró recientemente. Tienen un deber cívico que les aclara el camino y los
ayuda a decidirse por acompañar antes que por entorpecer. Son concejales del
pueblo y saben que el pueblo necesita de esas obras y un voto en contra, solo
servirá para atrasar lo que se pueda hacer. Entonces queda claro que la
discusión pasa por otro lado, y ese lado es la poca aceptación, por parte del
oficialismo, hacia un diálogo fluido y componedor. Un dialogo que ayude a
elaborar políticas de crecimiento y un compromiso de parte de todos hacia un
política común donde prime el criterio general y no el del oscurantismo y la
corruptela. Todos opinan y así, critican y defienden algo que no sucederá
porque es necesario que no suceda, vetar un presupuesto que solo sirve para
obstaculizar obras y soluciones. Quizás, si todos hablaran claro, si los que
cobran del municipio aceptaran su rol, si los que no cobran y pretenden la
igualdad al opinar aceptaran sentarse a dialogar con reglas de juego sinceras y
claras, todo sería más fácil. Quizás si desaparecieran tantos caciques y los
indios fumaran la pipa de la paz, sería posible un acercamiento real. Mientras
esto no suceda y cada uno quiera ser el exponente de pedazos de poder disperso,
todo se desenvolverá en una nebulosa donde cada uno diga algo parecido a la
verdad y todos, al mismo tiempo, se mientan en público, mientras se festejen en
privado, como ha sucedido siempre. Como no debería suceder más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario