Gustavo
Vega desnudó mediante un artículo “La memoria hundida en una Venecia trucha”
-Página 12 26/12/2012- que los DDHH para el gobierno y los intendentes del GBA
están subordinados a negocios donde puedan “morder” un “retorno” y no es sólo
el caso de los terrenos que ocupara la textil Campomar ubicados en Valentín
Alsina en Lanús Oeste, sino también en el ex Astillero Astarsa de Zona Norte en
Tigre, dos casos surgidos por la denuncia de Comisiones de DDHH vecinales.
El
21/8/2008 la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Zona Norte
“presentó un proyecto al intendente Sergio Massa con el propósito de que en el
predio de Astarsa –donde la dictadura se sospecha torturó a 11 obreros del
astillero– se resguardara la memoria levantando un complejo cultural, un museo,
una escuela de artes y oficios vinculados a la industria naval”. El texto
dirigido al funcionario decía: “Asistimos con frecuencia a la transformación de
ex fábricas, en barrios cerrados para grupos sociales de privilegio, de uso
minoritario: barrios que se asientan sobre los ‘cementerios industriales’. Una
tendencia que margina a la mayoría de los vecinos ante la posibilidad de
urbanización y que además agudiza la reducción de espacios públicos e impide
cualquier tipo de dinámica social”. (G. Vega)
En
Tigre se gestó vía Sergio Masa “Venezia” que ocupa las 32 has del ex Astillero
Astarsa para construir 250.000 m2 vendibles a U$S340 millones- con puerto
deportivo, marinas y canales internos. “El m2 costara $12.500” (Clarín
19/10/2012)
En
Lanús con la bendición presidencial se instaló “Nuevo Valentín Alsina” y el
intendente –un mero gestor a la hora del reparto del botín- estableció un
negocio de U$S250 millones con tierras publicas para edificar 2500 viviendas de
lujo mediante “Créditos del Bicentenario” cuyos recursos financieros se
garantizan con deuda externa.
La
Comisión de vecinos de Lanús con su acción reveló los límites insalvables para
defender los DDHH por parte de los falsos “campeones” de los DDHH hoy en el
poder. Les ha importado poco a la justicia y al poder político las
declaraciones de testigos que vieron helicópteros, patrullas militares, ropa
ensangrentada, cráneos y restos humanos en Campomar, incluso ningunearon las
dos declaraciones de un sobreviviente. La cautelar para preservar el lugar y
que fuera investigado el predio se malversó desde un principio. La Cámara de
Apelaciones “vino a ver” el lugar sin adoptar ninguna medida de investigación
científica.
En
Tigre y en Lanús la compra de las tierras fiscales en “remates” es trucha y la
flojedad de papeles avergonzaría a los famosos Hnos Todres que en la década de
los ‘60 vaciaron Campomar. Si en Tigre son TGL y Metro 21 las especuladoras
inmobiliaria; en Lanús es Electroingenieria empresa “para estatal” en cuya
dirección “brillan” para que no falten condimentos al drama elementos fundidos
del ERP.
El
oficialismo ha tirado la chancleta abandonando la hipocresía y muestra
obscenamente los intereses patronales que defiende.
La
lucha continua, reclamemos se investiguen Campomar y Astarsa como Centros
clandestinos de detención y torturas durante la dictadura. Se honre a los
mártires y se construyan viviendas populares bajo control obrero en Lanús y el
complejo cultural que se reclama en Tigre.
Lisandro Martínez
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