Los que mantenemos un cierto contacto reservado con el intendente de
Lanús, Darío Díaz Pérez, sabemos que, cada tanto, y por actitudes desleales de
sus oponentes suele descontrolar su lengua y declarar cosas inconvenientes para
un político de esta era llena de hipocresías. Como lo fuera con Scioli y otros
personajes, esta vez, se le disparó la chaveta con la desprolija forma de
proceder del pibe de La Cámpora, Julián Álvarez, un pichón de político que cree
que en dos días de ejercer ya puede aspirar al sillón que, a Darío, le llevó
años de HCD y militancia. Lo mismo dije del concejal Russo, un impertinente que
por sus contactos futbolísticos y un dinerillo recaudado, cree que pueda saltar
sobre hombres que han dedicado su vida a la función pública.
El caso es que el proceder
de Álvarez, embaucando a la señora de Carlotto, diciéndole que Darío ya no
sería candidato, la llevó a presentarlo, en un acto por la memoria y la verdad,
como el candidato de Lanús. Semejante grado de insensatez provocó un disgusto de
los presentes con la abuela más famosa y apreciada. Esto y otras circunstancias
llevaron a Darío a desenmascararlo públicamente, algo que esta tropa política
que crece a su entorno, entiende que no corresponde dilucidar en estos ámbitos
mediáticos. Hombres como Ismael Alé, Héctor Bonfiglio, Roberto "Toti"
Crovella, Hernán Lakota, Omar López y Héctor "Lolo" Vélez, salieron a
culpar a los medios por la indiscreción. La razón es entendible y justificable,
pero el ambiente ya está muy revuelto para este tipo de aclaraciones que, lejos
de aclarar, oscurecen. Como sea, este es el texto del comunicado:
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