31 marzo 2012

Darío y los “encadenados”


El hombre no tiene suerte. Al tema de la dificultad que representa ser intendente de un partido donde el manolismo dejó una huella profunda, se le suma la crisis que afecta al gobierno que lo impulsó y, ahora lo derrumba. Sin plata de Nación, sin plata de provincia y sin la posibilidad de aumentar los impuestos, a riesgo de que lo linchen, Darío Díaz Pérez, nuestro intendente, sufre otra afrenta a su gestión. Una muchacha, madre de varios hijos, como corresponde a un buen cooperativista y subsidiado perpetuo, se encadenó a la baranda del hall central ante el estupor de los guardias que no están preparados para afrontar estas determinaciones, reclamando por sueldos impagos. Si usted lo desconoce, Darío no tiene nada que ver con el pago de las cooperativas. Los sueldos vienen del Ministerio de Alicia Kirchner. Lo justo es justo. ¿Puede Darío interferir para conseguir que, a esta mujer que quedó embarazada con riesgo y que, una vez nacido el crío, volvió al trabajo al que nunca faltó, según el informe dado y la asistencia del Director “gallego” Baliña? Seguramente, un llamadito al teléfono indicado, soluciona todo el entuerto. La mujer, después de largas horas, fue conducida al edificio de Melo donde actúa el amigo González. Allí le daría una solución que no le dieron antes para evitar la fea imagen que afecta al intendente. Silvia López, tal el nombre de la cooperativista, levantó campamento. Todo volvió a la anormalidad hasta el nuevo reclamo que puede producirse de no dar el aumento que reclaman los municipales, o corregir la inseguridad, o tapar baches, o terminar alguna obra de las comenzadas, o eliminar los basurales que nos convierten en la ciudad más sucia del conurbano, o …gestionar, para lo cual fue elegido. Se que no debe ser agradable verse criticado, pero cuando no se hace nada para remediar lo no actuado, la crítica se justifica. La verdad es que nos agradaría más, elogiar una gestión que ayudamos a construir, que dinamitarla, pero parece que, del otro lado, no importa. No importan las críticas que son leídas por pocos, como bien sospecha, no importan los reclamos vecinales que duran poco y molestan a otros (los que transitan por la avenida y pertenecen a distritos que no cortan avenidas principales) y, por supuesto, no importan los reclamos municipales, ni los piqueteros que se conforman con poco y siguen confiando en un cambio, ¿Para eso se necesitaba un segundo mandato, no? Esto es Lanús. Nuestra ciudad. El lugar donde nacimos, no donde nacieron la mayoría de los funcionarios que nos gobiernan. Solo nosotros podemos cambiar la realidad, reclamando y haciéndole recordar a Darío, que no se gobierna con promesas vacías, sino con hechos. Es fácil de entender.



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