Lo
único que se le pide a la justicia es que sea justa, ecuánime, certera y
creíble. Cuando todos estos valores fallan, no hay justicia. En este caso
particular donde los participes son menores, la situación se agrava. Se agrava
porque nadie sabe como actuar. Los defensores de los DDHH dicen que los pibes
son víctimas del sistema, pero ¿Quien entonces nos protege a nosotros, las
víctimas del mismo sistema? Escucho a los abogados hablar loas de este gobierno
y, sin embargo, critican el sistema como si el gobierno y el sistema fueran
situaciones ajenas entre si. El hecho en si tiene que ver con un robo a mano
armada en la localidad de Monte Chingolo en el cual, el personal de la
comisaría sexta a cargo del comisario Juan Reboredo, recibe un alerta al 911
sobre un robo vehicular en la calle Miño
al 100. Es así que, en Lynch y Guido, logran divisar el vehículo
siniestrado, un Ford K patente CIA-137, con tres individuos a bordo y, al
intentar interceptarlos, el acompañante extrae un arma y efectúa dos
disparos, comenzando una persecución por
Lynch hacia Caaguazú, en esas circunstancias, el Tte. Jara logra herir al
conductor y el auto detiene su marcha iniciando la fuga a pie, logrando la
aprehensión de uno de ellos. Posteriormente, personal de la policía Bs As 2,
logra la detención de los otros dos sujetos. Del piso del asiento delantero se
secuestra un arma tipo pistola 9 mm, y del piso del asiente posterior una caja
con proyectiles cal 22. La respuesta judicial, obviamente, es liberar a los
delincuentes por ser menores de edad a pesar de la peligrosidad demostrada. Un
par de días después, cinco individuos entre los que se encontraban estos tres
delincuentes, fueron, nuevamente, aprehendidos in fraganti delito, al intentar
robar una camioneta, secuestrando un cuchillo. Los delincuentes fueron
liberados, constituyendo una burla para los ciudadanos que no entendemos este
accionar que nos pone en riesgo a los ciudadanos que mantenemos con nuestros
impuestos, este estado de situación.
En
otro hecho, el personal avista un vehículo Renault Megane cruzado en la
intersección de las calles Rodríguez y Rondeau con dos individuos quienes, al
descubrir la presencia policial se dan a la fuga a gran velocidad, pasando
frente a un control de Gendarmería. En esas circunstancias, el vehículo imprime
mayor velocidad y un oficial de gendarmería tuvo que arrojarse a un costado
para evitar ser arrollado. La persecución se extendió hasta Blanco Encalada y
Echeverría donde los sujetos descienden e ingresan a una vivienda siendo
perseguidos por los agentes que logran aprehenderlos, incautando un pistolón
cal 14, una moto Honda y un Fiat Siena con números de motor adulterados, además
de un lápiz eléctrico, utilizado para adulterar números registrables. El
comisario Reboredo destacó la intervención, en la captura, del personal de
Gendarmería.
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