“Empresas curtidoras de Lanús firmaron este mediodía un contrato de
fideicomiso con la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) para invertir
cerca de 28 millones en obras en el Parque Industrial ACUBA, que tendrá14.340
m2 y que será construido en un período no mayor a 36 meses, según lo informado”,
indica el informe difundido por los responsables de APL. En ese sentido, los
jóvenes periodistas explican que, “La firma, que tuvo lugar en
la sede de ACUMAR, contó con la presencia del presidente de la empresa Bapro
Mandatos, Juan Alberto Bertolotto, que será la responsable de administrar el
fideicomiso. Participaron también el presidente de ACUBA, Daniel Argentino,
autoridades de la ACUMAR y autoridades y representantes de las 22 empresas
curtidoras que comprometieron su inversión. El plan de trabajo prevé la
construcción de 14.340 m2 en 36 meses, para lo que era necesario el compromiso
de cada una de las empresas para el traslado de sus instalaciones y para la
inversión. ACUMAR prevé dotar al parque industrial curtidor de toda la
infraestructura básica necesaria para el trabajo de las curtiembres en forma
sustentable y la construcción de una Planta de Tratamiento de Efluentes
Líquidos Industriales. Además, se está construyendo en el predio una Planta de
Tratamiento de efluentes cloacales, que está ejecutando AYSA. El proyecto del
Parque Industrial Curtidor destina 74.645 m2 para el traslado de las empresas
curtidoras, de los que ya se asignaron a 28.682 m2 a 22 curtiembres, bajo la
forma de comodato a 99 años”. La realidad es que, estos curtidores son los
mismos y bajo la misma presidencia, que perdieron el predio por no cumplir con
el compromiso de construir lo que ACUMAR dice que van a construir. La toma del
predio se debió, en aquel entonces, a la desidia de Alberto Torres y Carlos
Argentino que justificaban la eterna demora con banalidades y terminaron
rosqueando para que les devuelvan lo que perdieron por incapacidad propia. ¿Qué
puede haber cambiado desde entonces? Quizás el hecho de perder el predio que
les regalara María Julia Alsogaray con aquel comodato a cincuenta años y
renovable y donde se comprometieron a edificar piletas, plantas de tratamiento
y, sobre todo, la instalación de las curtiembres en el mismo predio que hoy se
muestra deshabitado de curtiembres y lleno de malandras. Conocer la historia es
un derecho, no olvidarla es un deber.
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