El
Director Claudio Martínez, responsable de la vigilancia municipal ha sido
calumniado y difamado por algunos medios locales y, ocasionalmente, por algún
político opositor que aprovecha las publicaciones hechas sin ningún rigor
periodístico para criticar aquello que desconoce, pero que rinde frutos en
épocas eleccionarias. Por esta razón, este medio que no suele contestar a los
mediocres y mercenarios, abre su lugar para escuchar la verdad “comprobable” de
este agente municipal que diariamente arriesga su vida por los ciudadanos
lanusenses, baste recordar cuando fue embestido y sufrió graves heridas en un
control policial.
Martínez,
documentación en mano, nos explicó que, en ocasión de la grave enfermedad que
sufriera su padre, luego fallecido, pidió licencia en la policía federal de la
cual formaba parte y se le fue negada por lo que tramitó la baja bajo la
condición de ser restituido en su cargo una vez solucionado el caso que, como
dijimos, terminó de la peor manera. Como consecuencia de este proceder,
Martínez mantiene un juicio contra la fuerza policial y aclara que es mentira
que fuera exonerado como lo indicaba la nota difamante cuya fuente nunca se
reveló y que figura como “cesante”, condición que le
permitiría retornar a la actividad policial.
En su
informe, el Director de Vigilancia y Seguridad nos provee de documentación que
acredita su capacitación como instructor de Karate, de Kung Fu, de tiro (con
certificados de torneos ganados), Reparador de PC, instructor con cursos en Prefectura sobre custodia de
puerto, o cursos de “Papel del Supervisor en la prevención de riesgos”,
“Recomendaciones básicas de Seguridad e Higiene”, o capacitación del agente de
seguridad privada, basada en su experiencia como titular de la agencia de
seguridad “High Power”, actualmente suspendida. Asimismo nos aclara que,
durante su desempeño como oficial policial, ocupó cargos desde mecánico
civil a subalterno, egresando de la
Escuela Villar como agente, posteriormente en la Superintendencia de Finanzas,
cuerpo de policía de Tránsito en la división infantería, luego en Playas y
Grúas y en división motorizada, con todo esto documentado y presentado ante las
autoridades pertinentes.
Quizás,
estas verdades documentadas, sirvan para frenar el apetito de aquellos que no
dudan en difamar o repetir las infamias sin conocimiento debido, y solo por las
“30 monedas”. Algo de ética debe existir en algún personaje de estos. Esperemos
que surja.
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