A
pesar de las denuncias, de los testimonios, del burdo programa televisivo donde
su conductor intentó convencer a la audiencia que fue ´el quien investigó el
tema, la Cámara federal y el equipo de antropología forense, siguen sin
participar en la búsqueda de pruebas. Ese fue uno de los motivos que llevó a
los vecinos y profesionales de Valentín Alsina, a juntarse en el Club El Trébol
de Itapirú al 400, para organizar una acción conjunta con los testimonios que
tenían y varios que aparecieron en la reunión, cuando varios habitantes
linderos al predio de la ex textil, decidieron quebrar el silencio que llevaban
atragantado en sus gargantas. La mesa coordinadora, compuesta por haydé Villar,
Juan Ayala, Teresa Picollo y Diego Aguirre, con el testimonio de Elsa Bravo y
de otros vecinos, desarrolló una secuencia de las investigaciones llevadas a
cabo y de sus experiencias vividas. Inició Juan Ayala, uno de los impulsores,
continuó Teresa, docente de la escuela Media Nº9 quien relató su experiencia de
escuchar, mientras daba clase, gritos y quejas y descubrir un cráneo que fuera
entregado a la justicia. Diego Aguirre es titular de antropología y explicó
algunos detalles de su investigación dando información técnica sobre presencia
de fósforo o algún otro elemento que permita dar pistas firmes para que la
justicia inicie sus pericias. Elsa Bravo fue uno de los testimonios que habló
de un cráneo hallado semienterrado por alumnos y que presentaba, según su
testimonio, un orificio de bala. Otros
daban cuenta de la presencia de helicópteros bajando en el predio del campo de
deportes de Campomar (ahora la escuela Nº 9), de humo en las chimeneas a pesar
de hallarse cerrada la empresa, lo que supone la posibilidad de que incineraran
cadáveres allí. Sin darse a conocer, un vecino advirtió sobre la presencia de
dos cadáveres esposados hallados durante una pequeña excavación. Todo esto en
medio de lo que, Lisandro Martínez definía como operaciones de blanqueo, respecto
del emprendimiento edilicio presentado con bombos y platillos por el intendente
y la propia presidente a través de una videoconferencia. Se comprometieron a
seguir reuniéndose y actuar bajo la figura del “Amicus”, es decir actuar sin
ser querellante, idea aportada por la dirigente Vilma Ripoll, presente en la
charla, o formar un petitorio con firmas para lograr la intervención de los
habitantes. Las obras, mientras tanto, se han detenido por treinta días que es
el plazo que estipula la Comisión de la memoria, para aportar pruebas
fehacientes de la existencia de cuerpos y de que allí funcionaba un centro
clandestino durante la dictadura. Desde el oficialismo dicen que “Son rumores”
y así, intentan desacreditar los testimonios. El negocio es millonario y habrá
que hacer mucha fuerza para despertar las conciencias mercantiles de los
funcionarios.
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