"Lo
que corresponde hacer en un país normal ante semejante desatino es que la
ministra de Seguridad renuncie por generar una situación que alteró la vida de
los argentinos", afirmó el diputado opositor Francisco de Narváez. Por su
parte, el
senador radical Ernesto Sanz consideró que la protesta de la Prefectura
Naval y de la Gendarmería Nacional obedece a "una mala praxis del
Gobierno" y afirmó que los efectivos "jamás podrían atentar contra la
democracia". Otro que se sumó a las críticas, aparte de la propia
presidente quien, apunta los cañones hacia Garré y Kicillof, es el diputado Claudio Lozano quien se negó a
firmar el documento impulsado por el presidente de la Cámara, Julián Domínguez
y acompañado por referentes de todos los bloques, rechazando la protesta de
gendarmes y prefectos, “Catalogar de desestabilizador un reclamo salarial es un
disparate”, aseguró para LPO. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, lanzó
un breve mensaje por televisión en el que pidió a los gendarmes y prefectos que
"vuelvan a sus casas", aunque reconoció la legitimidad de su reclamo
y se lamentó porque "sufrieron una década de maltratos" por parte del
gobierno nacional. Los efectivos de esa fuerza, por su parte, emitieron
una declaración en donde rechazan las acusaciones de “atentar contra la
democracia” que hicieron líderes ultrakirchneristas. “Nuestro reclamo es
estrictamente salarial y se enmarca en el Artículo 14 de la Constitución”,
señalaron. Recordemos que la ministra montonera, Nilda Garré, había anunciado que
aceptó las dimisiones de los jefes de la Gendarmería y de Prefectura y nombró
en su lugar a Enrique Sach y a Luis Alberto Heiler, respectivamente.
"Queda así normalizada la situación en las dos fuerzas", indicó,
segura de que todo quedaba allí. En el colmo del disparate la Agrupación Unidos
y Organizados, de neto corte Cristinista y que lidera La Cámpora afirmó en un comunicado
que la protesta de gendarmes y prefectos “no es un golpe de Estado”, y hasta se
solidarizó con el reclamo. Sin embargo, afirmó que el CEO de Clarín, junto a
los caceroleros y hasta los alumnos de Harvard “fogonean un clima de
inestabilidad”, el viejo axioma de: “Dos más dos son cinco y la culpa la tiene
el otro”. El que dio la sorpresa fue el recién asumido al frente de la CGT, Antonio
Caló, quien defendió la protesta de Prefectura y Gendarmería. “Vamos a apoyar
el reclamo”, afirmó.
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