20 julio 2010

Un nuevo policía muerto

Otra víctima fatal con uniforme. En esta ocasión, se trata de un suboficial retirado de la Policía Federal contratado por la empresa SyE, de seguridad, con sede en Quilmes. Según la información recabada, era el primer día en que se hacía cargo de la seguridad de una empresa en Lanús. Por esta circunstancia, Jorge Rivero, conducía su Gol gris, acompañado por un compañero de tareas, de contramano por la calle Bolivia, aparentemente, perdidos. Al divisar una pareja en Bolivia entre Seguí y Ocampo, justo frente al paredón del Hospital Evita, se detienen a preguntar por la dirección a la que se dirigía. Eran las siete y media de la mañana. Aquí se confunden los hechos. Una información habla de un ataque repentino de dos individuos que, al distinguir el uniforme de Rivero, le disparan hiriéndolo en el peche y la garganta, su compañero repele el ataque y los atacantes se dan a la fuga sin concretar el supuesto robo. La otra versión, habla de otro vehículo que venía en dirección a ellos y abre fuego contra el auto de los vigiladores. Según la versión de un hombre que cumplía tareas de seguridad en un depósito cercano, “Se oyeron más de diez disparos. Yo me agaché porque la garita tiene una ventana y tuve miedo que ingresara una bala perdida y me hiriera. Cuando salí, estaban acomodando al hombre en el asiento del acompañante para trasladarlo al Hospital” Respecto del estado de salud del hombre herido, aventuró, “Parecía muerto porque no se movía”. Su compañero recibió solo heridas leves. La pericia posterior indicó que los delincuentes fugados, dejaron seis cápsulas de 9 mm, mientras que del lado del vigilador había otras seis de su revólver special. El Inspector García, jefe distrital, lo calificó como “Un hecho casual”, en referencia a que sería un intento de robo “al voleo”, es decir, sin premeditación, desarticulando la teoría de un ajuste de cuentas.


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