08 diciembre 2013

Y un día volvió Pallares a sentarse con Darío



Para el periodismo local pareció pasar desapercibida la presencia del senador José Luis Pallares. Nadie lo destaca. Nadie analizó la situación impensada tiempo atrás de estar sentado junto al intendente y la diputada.
El distanciamiento entre el legislador y la pareja real lanusense provocó que Pallares desapareciera del HCD, a pesar de la destacada labor allí realizada y reconocida por todos los integrantes del cuerpo. Incluso del panorama político local.
Se sabe que el senador es un hombre cauto. No da pasos en falso. Se asegura de cada decisión. Así llegó a concejal, a Subsecretario de Gobierno, a Presidente del HCD, figura destacada de la COFELCO, ganador de varios premios Comuna y, finalmente, senador provincial y vicepresidente de su bloque.
Con el nuevo armado del frente Renovador de Massa, el triunfo electoral y la presencia de un bloque amplio en las gradas, su retorno al recinto legislativo tenía fecha y horario, y se cumplió.
Darío, con el armado del PJ local donde aparecen Julián Álvarez y Omar López, da muestras de que el sillón ejecutivo no sería su prioridad. Lo sentó al funcionario camporista a su lado en esta asunción. Dos mandatos serían, al parecer, suficientes para este hombre que, a pesar de la inmensa popularidad lograda, de haberle ganado al último cacique peronista, se apartó de la gente y dilapidó el inmenso caudal de votos y de prestigio. Hoy, cualquier vecino se siente con derecho a criticar la gestión a la que acusa de falta de respuestas. Incluso compara este distrito con otros y decide que es más inseguro y con menor desarrollo, guiados por campañas de desprestigio y otras de generosa adulación de conquistas que no son tales. Ante este panorama, Pallares se vuelve a sentar, serio, circunspecto, pero disfrutando de esta antesala del 2015 donde, seguramente, lo va a tener como candidato, una vez acordado el lugar de Russo, a pesar de haber obtenido este último, la presidencia del bloque, dando a entender que no existen antinomias entre ellos.
Como decíamos en otro momento, quedan dos años para despejar incógnitas y mostrar que se puede cambiar o que se puede agregar a lo ya conocido de ambas partes. Descontando, claro, el bipartidismo manifiesto que arrasa con otros contendientes.
La ceremonia de asunción finalizó cuando Darío exhortó a la oposición para que le den, “El apoyo necesario para todas las obras y proyectos que están en desarrollo”, y se comprometió a que, “Donde haya errores los corregiremos”. Teniendo en cuenta que el intendente sigue contando con votos no partidarios que ayudan a dirimir proyectos, habrá que ver hasta donde pueden exigir los Massistas. Por lo pronto ya embocó un 20 por ciento de incremento apoyado por 17 votos a favor, 4 en contra y los faltazos necesarios. Un síntoma.






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