Nuevo local para ADN Peronista

Bajo la consigna, “Escuchamos, reflexionamos y actuamos para servir al pueblo”, la Agrupación ADN Peronista, reunió más de cuatrocientas personas para inaugurar un nuevo local en Rodríguez y Centenario Uruguayo que funcionará bajo la tutela de Javier Gómez. El acto, que se desarrolló el viernes, no pudo contar con la presencia prometida del intendente que, en ese momento, soportaba una nueva marcha vecinal por la inseguridad. El presidente de ADN Peronista, el Dr. Alfredo Delogu, Delegado Regional del Ministerio de Trabajo en Lanús, se presentó junto al Secretario General Walter Ayala, Fino Guastavino y Mabel Monzón y, desde el escenario, se encargaron de encender el ánimo de los cientos de militantes que acompañaron las palabras de los oradores con cánticos y aplausos y el redoblar de los místicos tambores, “Estamos convencidos, por eso estamos acá, que este es el camino correcto”, puntualizó Ayala. “Seguimos únicamente las banderas del peronismo”, enfatizó Delogu, al tiempo que advertía que las palabras de Perón al afirmar:

-Solo la organización vence al tiempo-, significaban que “El único heredero es la organización popular. Ese es el propósito nuestro, ayudar a la organización”, explicó. La presencia del concejal Folino, la explicó el propio Delogu, “Con el Dr. nos recibimos juntos”. Folino, concejal del radicalismo, admitió que no fue a la marcha y que avisó a sus compañeros que no podía asistir porque debía estar presente “en un acto peronista”. El acto comenzó con la entonación del Himno Nacional y culminó, como no podía ser de otra manera, con la marcha peronista y suculentos choripanes, “Sanguchitos peronistas”, como los definió el presidente de ADN Peronista, al despedirse. Bombos, sanguchitos y la marchita, símbolos todos de la mística peronista que late en cada militante con una identidad definida que, el propio Delogu se encargó de especificar al inicio de la exposición, “No somos genuflexos”, dijo y en esas palabras definió la postura del grupo. Militancia con ideas y respeto por la conducción, pero marcando aciertos y errores con la misma sinceridad. Un estilo de política que no abunda.