En este conurbano con pocas ideas y muchas ansias de perpetuarse en el
cargo, aparece el intendente de Tigre, Sergio Massa, como la única opción de
cambio político con su Frente Renovador. Hacia ese espacio concurren muchos de
los buscadores de oportunidades desalentados por el panorama actual donde no
hay espacio que pueda discutir el liderazgo de Cristina Fernández, la
presidente de turno y, modificación del código mediante, la próxima candidata
del FpV La particularidad del hecho es que Massa no ha declarado públicamente
su intención política y aparece la posibilidad que juegue una interna con
Alicia Kirchner por la diputación y, a la espera de la definición de Cristina
que ya declaró que la ley no le permite una tercera elección, pero esto es
política, dinámica e inentendible para los simples y profanos ciudadanos que
solo contribuimos con el voto. En esa línea de pensamiento, vemos como, en
Lanús, se aglutinan distintos personajes en busca del puesto que defina la contienda,
Así, aparece como primer miembro de esta cofradía, el concejal Salvador
Baratta, nuevo en política, pero viejo conocido de Massa en su carácter de jefe
policial de la provincia. Baratta se une a Heriberto Deibe y el Dr. Carlos
Torlaschi en el Frente Renovador “17 de octubre”. Ellos vienen del pampurismo y
apoyan a “La Juan Domingo” de Scioli con la idea de una fórmula imbatible como
la de Scioli-Massa, sin embargo, la irrupción de los concejales Gabriel Di Masi
y Cristian Bosio, Denarvaístas en el escenario massista y de la mano del ex
intendente Villordo y el titular del HCD de Avellaneda Bertolotto, más el apoyo
de Carlos Acuña, Secretario General de la Federación de Obreros y empleados de
estaciones de servicio (Foesgra) y armador del espacio en el conurbano, con un
lanzamiento que sorprende a todos y los catapulta a la primera plana, generando
un sacudón que obliga a jugar a protagonistas que suelen esperar el momento
adecuado para asomar a la contienda, como es el caso del senador José Luis Pallares,
con sobrados méritos para ocupar la plaza, pero movilizado sin el tiempo de
cocción que él mismo elige para mostrar las cartas. Su aparición trae aparejado
otras jugadas previsibles. Se le acerca Carlos Barbagallo que deja el
oficialismo previa consulta con su jefe político Juanjo Álvarez que ya mantenía
contactos con Massa, anunciando que, aunque ya no forma parte, "Los
distintos espacios massistas dentro del concejo deliberante tenemos diálogo
fluido y no descarto que en el
mediano plazo todos integremos un sólo bloque, porque en realidad somos
distintas expresiones de un mismo proyecto". También Salvador Baratta que
se desprende del bloque, aunque aceptando que, tanto Torlaschi como Deibe,
jueguen con Massa desde otro espacio. Lo harán con Di Masi y Bosio, que suman a
la concejal Griselda Regueira del FpV, que sabe que allí no tiene
posibilidades, pero debe sospechar que, en el nuevo espacio y con tantas
apariciones, tampoco contará con demasiadas chances y, hasta se permiten
devolver a Juan Carlos Cobas a la política. Pallares acerca a su lado a Orlando
machado, Secretario General de SECLA Lanús-Avellaneda y el presidente del Club
Lanús, Nicolás Russo que coqueteó con Macri y admitió pararse con Massa, para
desdecirse y expresar que juega solo y que, a pesar de ser nuevo y sin
experiencia en política, los 3.000 votos que lo llevaron a la presidencia de
Lanús, lo avalan para soñar con la intendencia. Una candidez que solo puede
aparecer en Lanús donde está todo muy devaluado. En ocasión del lanzamiento del
voto electrónico en Tigre, Massa mostró lo granado de su entorno, aún sin haber
pronunciado una palabra pública sobre la candidatura. Allí estaban parte de los
nombrados, más la presencia del gobernador Urtubey, Graciela Camaño (sin
Duhalde) y Felipe Solá, entre otros. El futuro dirá si el armado permite que se
reconcilien actores que no se soportan, pero que, con un objetivo compartido,
puedan colaborar en el armado de esta espacio que pretende ser lo que todos
sospechan que es: Una propuesta diferente que vende lo sucedido en Tigre como
posibilidad de repetirse en todo el conurbano. Para ello, todos deberían contar
con la caja de Massa y sus pocos Km2 de superficie, fácilmente controlables y
que le permiten vender una imagen de prosperidad y seguridad de la que carecen
muchos de los partidos bonaerenses. La política es el arte de lo imposible. En
esa línea, Massa cuenta con ventaja.
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