Nicolás
Russo se cansó de sacarse fotos con Darío mientras este le otorgaba subsidios
al Club cuya tribuna lleva el nombre de su hermano Néstor. Finalizada su presidencia se le dio por la política y
comenzó a recibir ofertas, dado su protagonismo en el deporte que parece abrir
puertas donde no existen candidatos con títulos habilitantes. Así, se acercó a
Macri, pero decidió que Massa, con su perfil futbolero, era más afín a sus
necesidades (obviamente no se puede hablar de ideología política). Desde ese
espacio fustigó a Darío y a Pallares con quien debía batallar en una supuesta
interna. Russo podrá ser mal administrador, según lo que dicen de la deuda que
le cedió al amigo Marón, pero no es tonto. Sabía que no le daba el target para
competir con un senador del prestigio de Pallares, portador de apellido y de
trayectoria propia y bien ganada. Surgió una salida elegante, que Massa le
pidiera a Pallares que incorporara a Russo por su perfil deportivo, y todos
contentos. Pallares, lo sabe, seguramente tendrá que cuidarse de Russo porque
este no es un hombre de contentarse con segundos planos. Veremos en que decanta
el compromiso asumido por ambos. De todos modos, el ex presidente de Lanús,
olvidó los subsidios y emprendió una campaña de desprestigio contra el
intendente y puso como eje una supuesta mala administración, usando como eje
que, “las obras siempre se localizan en las zonas céntricas del distrito o se
refieren a reparaciones por la falta de un mantenimiento adecuado”. Lo dijo
públicamente, en la Sociedad Lituana de Lanús, donde recaló en su campaña a
primer candidato a concejal. Allí no tuvo empacho en comparar a Lanús con
Tigre, “Si comparamos la forma en la que gestiona la Secretaría de Obras
Públicas, Lanús posee más del doble de personal y menos de la mitad del
presupuesto que Tigre. Es algo irrisorio”. Habría que aclararle a Russo que
Tigre no es la panacea que proclaman sus aliados. Tigre, comparado con Lanús,
no tiene la industria ni la calidad de empresarios. Tigre tenía, antes de
Massa, buena infraestructura y buen poder adquisitivo de sus contribuyentes y,
finalmente, Massa fue jefe de gabinete y algo habrá pecado para su distrito. En
otro orden, Tigre no es, para nada, más segura que Lanús y tiene ventajas de
control muy superiores ya que a Tigre se ingresa por ruta o por río, algo fácil
de controlar. En Lanús tenemos decenas de entradas de distintos distritos,
tanto de capital como del conurbano. En Tigre es mucho más sencillo el control
porque se trata de un pañuelo comparado con el municipio. Un personaje de
Avellaneda me decía que estaba equivocado porque Tigre tiene “Ciento cincuenta
y dos kilómetros cuadrados” El hombre quizás ignoraba que las patrullas (Tigre
tiene diez y Lanús treinta y cinco) no funcionan en el rio y no pueden
patrullar las islas, pero es político y los políticos mienten. No lo digo yo.
Lo dice el pueblo que, como dicen los políticos, “Nunca se equivoca”.
Finalmente,
hay que aclararle a Russo que la ingratitud se paga y se paga en las urnas. Que
aprenda de Pallares que tiene muchos más motivos que él para criticar y, sin
embargo, es un hombre cauto y medido y solo pisa cuando el suelo es firme.
Cualidades que se aprenden con los años. Los mismos que le enseñarán a no
desbocarse y a no pretender ser cura antes que monaguillo. Le dicen experiencia
y su precio se paga con tiempo, no con contactos y mucho menos con apuros.
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