05 julio 2013

Y dale con la basura



Cada vez que haya que votar la licitación para la recolección de basura se generará en el recinto del HCD la misma discusión que, indefectiblemente, ganara su espacio en los medios. Parece que para esto trabajan los concejales. No para presentar proyectos que brillan por la ausencia de originalidad y de utilidad para el contribuyente. Los ediles levantan la mano, negocian su continuidad y, en el cao de la oposición, critican todo sin aportar casi nada.
Esta vez, como ya lo ha sido antes, la queja pasa por la no presentación de los pliegos de licitación y la falta de información para tratar el tema en las comisiones respectivas. El argumento del oficialismo, válido en este caso, es que no se puede publicitar el pliego antes de ser vendido para que algún vivo arme una oferta ganadora aprovechando una información previa. Lo avala el hacho de haber conseguido que se votara una ordenanza que exime al Ejecutivo de la obligación de exhibir los pliegos. Las reglas son claras. No sé si son ortodoxas o del todo aceptables, pero se han votado y hay que respetar lo que se aprobó por mayoría. Aquí hay que aclarar que no siempre el oficialismo contó con esa mayoría necesaria para imponer su voluntad. Es decir, la oposición aportó su mano para que esto sucediera. Hoy, en vísperas de las nuevas elecciones, se vuelve a reflotar el tema para la tribuna. Hay algo sin embargo que parece no preocuparle a nadie en esta discusión y es la falta de barrido de muchas calles de las miles que le quitaron a Covelia para que las cooperativas realicen ese trabajo por un módico salario mínimo (que no llega al mínimo) y por lo que no asisten a sus tareas, dejando la ciudad sucia y maloliente. Son variadas las quejas sobre este tema por parte de los vecinos. Ese debería ser el tema a tratar, no si la licitación cumple con los requerimientos porque de existir una ilegalidad y se descubre posteriormente, se puede denunciar y corregir o anular. Ese no es el problema. El problema es la falta de compromiso de algunos para con sus votantes, pero de eso no se habla porque ensuciaría a propios y ajenos. Nada más, ni nada menos que la famosa hipocresía nacional. Y en eso somos expertos.

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