Robie
Baradel, fue siempre combativo. El titular del Sindicato Unificado de
Trabajadores de la Educación (SUTEBA), tuvo una especie de epifanía cuando su
amiga Natalia Gradaschi lo sentó con los K, junto al inefable Hugo Yasky, quien
ya no sabe como pararse para seguir con los favores reales y disimular su
entrega. Desde ese lugar, Robie recibió órdenes de combatir a Scioli hasta
obligarlo a dar un paso al costado. Un encumbrado político lanusense, me decía,
“Lo de Scioli de dar un aumento menor se llama jugar al todo o nada, porque
sabe que si la jugada sale mal, no hay retorno”. Es entendible, sino, no se
puede explicar este enfrentamiento con los gremios donde tiene todo para
perder. Obviamente, Baradel retrucó: "no se puede hacer una propuesta por
debajo del piso salarial" y pidió al Gobierno bonaerense "que revise
su posición", en alusión a la oferta salarial del 17,8 por ciento. Los
pibes, las verdaderas víctimas de la pelea, no importan. Esto es una lucha por el
poder, donde la educación pasa a un segundo plano, como la salud, como la
seguridad, como las necesidades del pueblo. Finalmente, según la agencia de
noticias, el dirigente de SUTEBA anunció, frente a la Casa de
la Provincia de Buenos Aires que, "si no hay respuesta se profundiza el
conflicto en la provincia". De esta manera, el próximo lunes y martes no
habría clases en las escuelas bonaerenses.
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